Recuerdos

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Recuerdo su aroma, de miel y clavel.

Recuerdo su pelo, de oro y delicado como papel.

Recuerdo haberla amado cada día, cada hora, recuerdo haberle dado el tiempo, mis segundos, mi viejo reloj de pared y hasta el tiempo de mis sueños.

Recuerdo haber respirado, haber sentido y hasta suspirado, solo para verla reír.

Recuerdo que era ella quien cantaba y ser yo su más fiel presente.

Recuerdo las venas de mi cuerpo corriendo solo por tocar su pleno.

Recuerdo que era ella.

Ella era quien tomaba de mi pecho, un sentimiento más grande que el cielo, la que cubría con manto de flores, un amor insaciable.

Recuerdo sus labios, siempre amenos, como el beso del viento y el calor del silencio.

Recuerdo, son puros recuerdos.

Recuerdo que en las mañanas su piel bruñida, al borde de la baranda, alumbraba como esferas de un cinematógrafo.

Recuerdo el aire de su boca, que salía congelado y se perdía en el espesor de su fuerte dolor, recuerdo que era yo quien la abrazaba, y susurraba en su oído palabras que la alentaban.

Recuerdo que era yo quien entre su cara tomaba, cada gota de dolor y lo guardaba en mi alma.

Recuerdo que yo era su mejor medicamento para no sentir punzadas en su pecho.

Recuerdo que era yo, quien siempre la amaba.

Recuerdo que en las veladas del firmamento me sentaba y la miraba, con sus ojos mirando el limbo, y en sus cuencas reflejaban mejores paisajes que el de un cuadro de Hulme(1).

(1): Frederick edward Hulme. 1841-1909, pintor, artista y naturalista.


Todo lo que nunca dije.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora