El Funeral

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Decidí que, de ahora en adelante, mis poemas serán más cortos. Pienso que causan un mayor impacto y que, además, las personas prefieren las cosas en formatos pequeños. Gracias por leer.

Éste poema va dedicado a Quaki, te vamos a extrañar.


El día de hoy fui a un funeral. 

Me vi a mi mismo como soy

vivo, tal cual y sin igual.

Me vi como iba y como voy.


Me rodeaba un mar de caras

viendo pálidas los restos

del amigo, ya con sus alas.

Lloran, prestos y dispuestos.


Todo parece estar negro:

las falditas, los vestidos

los sollozos, los chillidos,

la familia y sus gemidos.


Se han reunido los pingüinos,

aves en sus trajes negros,

que vuelan sobre los hielos,

aves que quisieran volar.


No me toques que me quiebro y

mis lágrimas de vidrio son;

uniformes, teselados

delicados, casi quebrados.


El padre mira la caja

señaliza el árbol, vida;

no solo una triste huida,

sino una nueva venida.


"Padre nuestro, que estás en los

cielos, santificado tu 

nombre sea. Venga a nosotros tu

reino. Hágase tu voluntad


así en la tierra como en los

cielos." Así rezaban los

clérigos, mientras el llanto

del pueblo forman un canto.


Hace una oración, termina

la función. Toda esa pasión

terminó junto a esa canción.

De alegría da sensación


Regresan todos a casa,

de café toman la taza,

"Olvidemos lo que pasó",

y que su vida ya acabó.


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