Anne y el Árbol

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Anne Parment, una chica de entre unos 16 y 18 años ha sido hallada muerta cerca de un árbol en las afueras de West Chestern, Pensilvania.

Causas de la muerte; estrangulamiento no hay duda... - Me dije a mi mismo mientras examinaba el cuerpo con cuidado.

-¿Hay indicios de violación?

-No señor.

-¿Algo fuera de lugar?

-No.

-¿Esta seguro? -insistí. No me fiaba mucho de cuatro paletos que se hacían llamar policías.

-Mmm... Es que nosotros no podemos decirle nada aun, señor, me temo que tendrá que esperar a la autopsia.

-¿Qué podemos hacer entonces?, habrá que esperar. -y con un gesto no muy agradable me senté a contemplar esa escena... Rara donde las haya, no todos los días dos niñatos en monopatín llegan a las afueras solo para hacer grabaciones de sus piruetas y encuentran un cadáver en perfecto estado.

Supongo que no han sido ellos, lo noto en sus caras. Cuando llegue tuvieron que ser atendidos por los médicos del susto que se dieron los muchachos.

-Estúpidos... -musité.

Hacía un calor abrasador, el ambiente era muy cálido.

Quizás esta chica tan solo salio a dar una vuelta, cuando alguien la atacó. ¿Quién? y ¿Por qué?, eran las preguntas correctas, pero era demasiado pronto para hacerlas.

Volví ha echarle un vistazo a la chica, antes de marcharme, esta vez la observé bien.

Pelo castaño.

Ojos color miel.

Blanca de piel.

Pecosa, se quemaba fácilmente.

Nariz pequeña y puntiaguda.

Aproximadamente 57 kilos y estatura media.

Vestía un pantalón corto y una camiseta rosa clara.

Llevaba una zapatilla, la otra posiblemente la había podido perder al forcejear con su agresor, debajo de su camiseta llevaba un bañador, mojado; en su pelo había restos de hojas secas y pequeñas ramas, quizás la arrastraran, por eso en sus muñecas se muestran pequeñas heridas, probablemente de las uñas; y moratones, quizás al cogerla fuertemente y tirar de ella.
Sus uñas medio despintadas mostraban un rastro de esmalte color melocotón.

Como dijo el policía no tenia moratones por las piernas ni nada que lo relacionase con una violación.

Algo me llamaba la atención, algo no cuadraba. ¿Qué podría ser? Me acerqué al árbol en busca de pruebas y pistas que los inútiles oficiales no se hubieran llevado aun.

Nada.

De mala gana me echaron de aquel lugar, con la excusa de que ya no tenía nada que hacer allí, tenía que irme, no obstante mañana examinaría el caso más detenidamente.

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