PARTE 8.

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Otro día en la escuela, las primeras dos horas de matemática fueron un infierno, pense que literalmente el reloj se habia detenido por completo, escuchar la campana fue lo mejor que escuche en todo el día. Ultimamente estuve mucho tiempo con Geri, me acompañó a todos lados, incluso si no se lo pedía ahí estaba.

-Ney, hay algo que no te estuve ocultando...-murmuré por lo bajo, pero no me escuchó.

-¡Chicos, chicos!-vimos a un gigante corriendo torpemente hacia nosotros.

-Wow Geri, tranquilo-Ney lo detuvo con las manos.

-Ayer vi que sacaban cajas, pero no eran dos o tres... ¡eran como cincuenta!

-Tranquilo, manten la voz baja-Ney lo tomó del hombro acercándolo mas a nosotros.

-¿Sabes que llevaban dentro?

-No... no tengo muy bien desarrollada mi vista de rayos x todavia, tengo que perfeccionarla.

-No seas imbecil.

-Oye, yo me tuve que quedar en el frío de la noche con los putos mosquitos, ¿ves esto?-alzó la manga de su remera mostrando picaduras-las tengo por todos lados.

-¿Todos... lados?

Se acercó a la cara del morocho-todos lados-susurró.

-Amigo, eso...

-Lo se.

-Okey, entonces solo sabemos que tienen cajas-comenté, ambos me miraron.

-Sip-dijo Geri.

-Esto es ridículo, yo no voy a seguir con esto, es una tonteria, nos estamos basando en nada.

-¿Entonces qué, lo dejamos y ya?-Ney se veía molesto.

-Si.

-Pero Lio...

-No tengo tiempo para jugar al espía, tengo cosas que hacer-tomé mi mochila y cerré mi casillero alejándome.

-¿Por eso te ves mas cansado?-preguntó Santos. Cerré los ojos y dejé de caminar, pero no me giré-y las ojeras tambien ¿no estas durmiendo bien? Dime, estas viendo a alguien de noche o sales por ahí...-sentí sus pasos acercándose a mi con cautela-¿creés que soy estúpido?

-Ney...-frenó a mi espalda, sentí su respiración en mi cuello, luego me rodeó quedando frente a mi.

-Lio...

-Mira, no te reclamo nada, porque no somos nada uno del otro, no tendría porque preocuparme por ti siquiera, eres solo un enano con gran corazón, pero miedoso... tienes miedo de demostrar tus sentimientos, de demostrar que no siempre estas bien como dices que lo estas...-se lo veía calmado, casi parecía sonreir, esa típica sonrisa suya.

-Yo...

-¿Qué tienes? ¿tengo que ser tu novio para que confies en mi palabra?

-¡No se que tengo! ¿okey? No lo sé, solo se que me agito muy rápido.

-Y...

-No entiendo porque haces esto...-un nudo se formó en mi garganta y mis ojos estaban lagrimosos.

-Ney, dejalo en paz.

-Callate, esto es entre él y yo. Lo hago porque se que bajo presión cedes facil.

-No es justo, yo no te haria eso.

-Porque sabes que yo te lo diría, pero tu no lo haces, te haces el fuerte lidiando con todo sobre tus hombros.

-¿Esta mal que quiera hacerlo?

-Me lo estas ocultando a mi...

-Ney...

-¡Solo dimelo!

-¡No encuentran el problema! No lo encuentran... no lo...-lágrimas comenzaron a caer de mis ojos y terminé de rodillas en el suelo. Sus brazos aparecieron al mi alrededor conteniendo todo en su lugar.

-Shh, tranquilo, tranquilo-me tomó como a un bebe y empezamos a mecernos en en suelo. Su mano en mi cabeza, acariciando mi pelo lentamente, sus labios estaban en mi frente, solo existiamos nosotros.

-Chicos, sigamos esto en otro lado, van a empezar a salir de los salones.

Me tomó de los hombros y me ayudo a salir. Nos sentamos bajo la sombra de un árbol.

-¿Mejor?

Solo asentí, no podia hablar.

-¿No puedes hablar?-preguntó Geri.

Solo lo miré, si abria la boca el nucdo iba a explotar.

-Okey, tranquilo, respira hondo.

Cerré la boca e inspire por la nariz, luego lo solté, lo repetí tres veces.

-Ire a buscar agua, cuidalo-Geri se levantó y salió corriendo.

-Mirame-tomó mi mentón-no te preocupes, no quise llevarte a ese extremo, no pense que era tan...

-Tranquilo.

-No, porque yo te llevé a ese extremo, es mi culpa.

-Ney, no es tu culpa.

-¡Si lo es! no se medir...

Tomé su cara y lo besé, se alejó un poco mirandome a los ojos, sentí que por primera vez me miraba realmente, se veía tan real... no tiene descripción la manera en la que me miraba, sus ojos claros eran sinceros a los mios, una lágrima calló sobre su mejilla y la besé cuando estaba en la comilla de sus labios, lo sentí sonreir y también lo hice. Me tomó en sus brazos, me ubicó entre sus piernas, llevó mi cabeza a su pecho y ubicó su cabeza sobre la mia, siempre me hacia sentir protegido, como si nadie ni nada pudiera lastimarme.

-No te das una idea lo especial que eres para mi Lio, te dejé entrar en mi como nunca lo hice antes con nadie, me gustaria que entres en mi de otra manera...-planté mi codo en sus costillas-¡oh!-gritó riendo-lo siento, pero tenia que decirlo. Eres mi pequeño peluchito abrazable y besable, quiero tenerte siempre conmigo, si algun día no te tengo... no se que haré... te amo Lio.

-Lo se, yo tambien Ney-pasé mis brazos por sus costillas acercándolo más.

Él tambien me apretó mas cerca-no me dejes nunca-hundió su cara en mi pelo.

-No lo haré, jamas.


Neymessi.¿Sera para siempre...?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora