Los ojos de Camila se ponen blancos al pensar que quizá la estuvieran asesinando y de inmediato comienza a pensar que arma estaría utilizando aquella persona para matarla.
Sus pensamientos desaparecen cuando siente un brazo que le rodea la cintura y tiene que concentrar toda su energía en que sus pies se levanten del suelo para evitar que se caiga por la escalera que hay detrás de ella.
Percibe un misterioso olor a alcohol y a perfume, aunque posiblemente sea ella, pero huele bastante bien. Camila deja caer la cabeza en el hombro de la chica, pero esta le aparta la cabeza como si quisiera que se mantuviera lejos de ella y le dedica un gruñido.
Algo cruje bajo sus pies, fija su mirada en el suelo de cristal y sabe que si en ese instante no llevara zapatos se destrozaría los pies y tiene que ir vigilando por donde pisa, para no tropezarse con nada.
Antes de que le dé tiempo a pensar en algo más, siente como cada vez está apoyada más en aquella misteriosa chica que le está ayudando a subir una pendiente inclinada.
¿Esto es el final?, ¿Enserio ya ha llegado su hora?, Camila comienza a preguntarse si debería llorar para pedir ayuda, pero en cambio se ríe cuando siente la sangre corriendo por su cabeza.
Y entonces se da cuenta, que ella sigue de pie, está todo completamente oscuro, la sangre le sigue chorreando y tiene que hacer un pequeño esfuerzo por seguir agarrada a aquella chica.
Hay momentos que son puros silencio, en el que Camila puede oír su propia respiración y la de la otra chica, ella parpadea varías veces intentando ver algo, pero todo está demasiado oscuro y ella no sabe dónde está, o con quien está, lo único que sabe es que la chica es una mala conductora y que huele a canela.
Camila estaba tan metida en su cabeza que ni se había dado cuenta de que su acompañante se había puesto detrás de ella, se da la vuelta ante un extraño silbido y de repente queda cegada por el opaco resplandor de una lámpara de aceite que ilumina la habitación.
Esta es la primera vez que Camila puede obtener una mejor visión de la chica misteriosa, que actualmente está pisando fuertemente en el suelo, Camila frunce el ceño cuando se da cuenta que la misteriosa chica no parecía un asesino en serie, ella tiene el pelo negro, una chaqueta destrozada y lleva en las manos unos guantes con agujeros y la sangre corriendo por su...
"¿Te hice yo eso?", Camila susurra, dando un paso hacia delante. Antes que la chica se diera cuenta de lo que estaba pasando, Camila ya estaba presionando sus dedos contra la sien de la chica y cogiendo los restos de tela rota que estaba manchada con la sustancia carmesí. Una ola de culpabilidad la inundó, no entendía como ella le podía a ver hecho eso a una chica tan perfecta.
"No has sido tú", murmuró la chica. La mano de Camila se apartó de su rostro y se limpió con la chaqueta de la chica, dejando una mancha roja por donde pasaba los dedos.
"Apestas", dijo la chica arrugando la nariz y moviendo la cabeza en señal de desaprobación. Camila para comprobarlo se huele la camiseta y frunce el ceño ante ese olor apestoso.
Y de forma inmediata la chica se quita la chaqueta y se la da a Camila, quedándose mirando lo rota que estaba.
Camila busca las palabras para responderle, pero antes de poder decirlas, está ya le ha lanzado una camiseta que olía a puro alcohol. Camila huele la camiseta y sin darse cuenta que la chica ya le ha quitado la camiseta cortándola por la mitad.
"Al menos me podrías llevar a cenar antes", Camila le suelta riéndose de su propia broma, pero la adolescente simplemente sacude la cabeza y le tira la chaqueta sobre los hombros para taparle.
Camila se abraza el torso y nota que está caliente y que tiene sueño. La verdad era que le gustaba oler a ese perfume de canela. En un momento le entran ganas de bostezar y se pregunta que cuando esta chica va a acabar con ella.
Camila se queda confusa al no encontrar a la chica ahí, la verdad era que le asustaba bastante, desaparecía muy rápido, ¿podría tener algún poder mágico o algo?, pero se distrae con los objetos de la habitación que hasta ese momento no se había percibido de su existencia.
Las tablas de madera se hunden con cada paso que da y se siente como si alguien le hubiera atado por los pies con ladrillos y si en ese momento le tiraran al mar, ella se hundiría hasta el fondo, o eso es lo que ella pensaba.
Se le ocurre agarrar lo primero que tiene delante y da la casualidad que era una lona, pero no una lona cualquiera, sino una de plástico transparente y cuando se echa para atrás se da cuenta que era un bolsa de plástico, pero mientas investiga con más interés, llega a la conclusión de que lo que estaba toando era un sofá cubierto en una lona, al igual que el resto de los muebles que hay en esa habitación y tal vez ella no estaba hecha para ser detective.
Hay un paquete de cigarrillos sobra la mesa y Camila se toma la confianza para cogerse uno, con lo que se coloca la parte blanca sobre la boca y enciende el cigarrillo. Momentos más tarde, ella está inhalando el dulce olor del humo por la nariz y balanceándose hacia atrás y adelante distraídamente. Ella no está muy segura de dónde está, o lo que está pasando, pero está fuera de la lluvia y eso es lo que realmente importa en este momento.
La adolescente misteriosa vuelve a aparecer con algo en las manos, y Camila sostiene el cigarrillo entre los dientes mientras observa a la chica pasear hasta la mesa de café y dejar una taza sobre ella.
"Es el caldo de pollo," dice la chica misteriosa mientras se sienta en la lona que cubre el sofá, que hace un ruido desagradable al arrugarse. Cuando Camila solo se le queda mirando fijamente, ella le da un golpe hacia abajo y el cigarrillo que estaba en sus manos es pronto reemplazada por la taza caliente.
Camila está a punto de protestar por la pérdida de su cigarrillo, pero ella solo observa como la chica misteriosa se lo pone en sus propios labios, soplando bocanadas de humo por su nariz y al sentir el cálido contacto de la taza contra sus palmas, Camila se olvida de lo que quería discutir.
Ella se lleva la taza sobre la cara y puede observar como el vapor le invade la cara y le caliente la cara, hay algo que la calma sobre todo el hecho de que esa chica aún no la haya matado y se ríe.
"¿Es qué nunca habías visto eso pequeña?", la chica niega con la cabeza tirando el cigarro al suelo y aplastándolo con el pie y se tumba de nuevo en el sofá.
Camila baja la taza de nuevo a su regazo.
La chica tiene los ojos cerrados y los pies apoyados sobre la mesa entre el reloj que hay y los pies de Camila y cae en un rotundo sueño. Una vez que se llega a la conclusión de que la chica misteriosa no le va a hacer daño, Camila toma un sorbo de la taza y hace clic en su lengua contra los dientes en su aprobación, no se había dado cuenta del hambre que tenía.
Camila enciende otro cigarrillo una vez se ha terminado la sopa y se queda mirando a la chica preguntándose si está muerta. Empieza a golpearla con el pie, pero no ocurre nada, luego le empuja, pero sigue sin pasar nada, al final absorbe una bocanada del cigarrillo, se pone encima de la chica y le suelta todo el humo en la cara, y finalmente esta reacciona haciendo una mueca de desaprobación con la cara.
Satisfecha con sus hallazgos, Camila se arrastra de nuevo hacia el otro lado del sofá y se acurruca en una bola. Conseguir algo más en su estómago ha ayudado a que se relajarse, y ahora se está preguntando por qué está en un lugar extraño con una completa extraña. Pero antes de que se ponga responderse esas preguntas, la caída del agua contra el techo hace que caiga en un ligero sueño.
LA HISTORIA ES BASTANTE COMPLICADA Y ME ESTÁ COSTANDO BASTANTE TRADUCIRLA, PERO NO OS PREOCUPÉIS QUE NO LA VOY A DEJAR.
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Covers ➸ A Camren one shot
FanfictionFic original de @txrches “Y cada célula de su cuerpo estaba pidiendo ‘tocarla, tocarla’, pero Lauren era una obra de arte y Camila no se podía permitir estropearla, ya que ya había hecho eso bastante”