t r e c e.

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ARIANA
El lunes, Ariana no se acercó a Bruno ni él se acercó a Ariana. A Ariana no le molestó, no debería dar explicaciones de como comenzó todo esto de las mariposas en el estómago.
Además de eso, necesitaba estar sola. No quería imaginar nada pero no podía evitarlo.
BRUNO
Bruno siguió todo el tiempo a Ariana con la mirada. La miró desde que entró y se sentó sola en un banco a mirar a los demás. Él quería acercarse, abrazarla, decirle que todo estaba bien y que no se entristecera por un idiota. El único detalle era que, ahora él era "el idiota".
A lo largo del día seguía sin poder sacársela de la cabeza. Jugar al fútbol, o escuchar a las profesoras no le servía.
Su única duda era: ¿estaba realmente enamorado de Ariana, la chica que le gustaban los libros románticos, que amaba jugar videojuegos con él y que le emocionaba ver fútbol en televisión?

Sonríe para mí, BrunoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora