Capítulo 2

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- Camila tenes que sacarte unas fotos para promocionar tu llegada al New York Liberty. Hay una fotógrafa, su nombre es Lauren. - Kate sacó una tarjeta con un número de teléfono y una dirección y me la entregó. - Ella va a ser la encargada de tu sesión de fotos.

- Perfecto.

- Tienes una cita con ella esta tarde a las cuatro.

- ¿Algo más?

- No, nada más. Y ya sabes Camila, cualquier cosa que necesites sólo llámame. Sé que es duro haber tenido que instalarte en esta ciudad sola.

- Gracias. - le sonreí agradecida.

Estaba emocionada por este nuevo giro en mi vida, tenía que hacer muchos trámites aún. Como por ejemplo, buscar un departamento para instalarme ya de manera fija. Por el momento me estaba alojando en un hotel. Pero ya se había confirmado que la estadía en esa ciudad no iba a ser pasajera.

Me pegue una ducha y me acosté un rato en la cama. Me había levantado muy temprano y una pequeña siesta era lo que necesitaba para poder seguir con energía durante todo el día.

El tono de llamada de mi celular me despertó de un salto. Supuse que no había sido buena idea acostarme un rato cuando tome conciencia de la hora que era y que tenía veinte minutos para cambiarme e ir a la cita con la fotógrafa.

Estaba empezando con el pie izquierdo. Llegar tarde a la sesión fotográfica me dejaba a los ojos de todos como una irresponsable.

- Maldita sea. - susurré cuando me agarró un atasco en el camino. Nueva York era una ciudad grande y muy concurrida, era seguro que estas cosas sucediesen. Parece que cuando uno está apurado todo sucede a propósito.

Llegué 20 minutos más tarde y me lo reprochaba a mí misma todo el tiempo. Hasta que ella apareció.

"Ella". Sí, la misma morocha de ojos verdes que me había chocado la noche anterior en el boliche.

Lo que no tome en cuenta en ese momento fue que ella probablemente me odiaría. Admito haber tenido la culpa por mi torpeza al sostener el vaso, pero no lo había hecho a propósito.

Ella me miró confundida y con un gesto nada amigable. Me levanté de la silla y me acerqué a ella frunciendo los labios.

- Siento llegar tarde. Me agarró un atasco.

- Es el problema de las estrellitas. Creen que el mundo debe adaptarse a sus horarios. - soltó sin inmutarse.

- Ok... Creo que te debo una disculpa

- Ya te disculpaste. Ahora empecemos con la sesión que tengo que irme dentro de media hora y ya perdimos veinte minutos.

- No me refería a lo de ahora. Me refería a lo de anoche, en el boliche. No era mi intención arruinarte la noche con mi torpeza.

- Ah... Está bien. Ya está. - esquivó mi mirada y sonreí. Por lo menos había aceptado mi disculpa. Tal vez nuestra relación podría ser un poco más amena de ahora en más.

Me señaló la ropa que debía ponerme y el vestidor. Le hice caso. Segundos después ya estaba estrenando mi camiseta de básquet por primera vez y siguiendo sus indicaciones.

- Necesito que me muestres una cara de chica ruda, que no le teme a nada. - me pidió y lo hice. - Perfecto. - agregó.

- Ahora haz girar el balón en tu dedo. - hice lo que me dijo - Excelente. Un par de fotos más y ya te dejo libre.

Time out - camrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora