Dos

138 17 2
                                    

Mau

Cuando me levantó lo primero que hago es ir rápidamente al cuarto de mi madre para darle un gran beso y las gracias...

Toc toc.

Rápidamente paso sin esperar respuesta alguna de ella.

Me aviento hacia la cama y mi madre se despierta.

-¿Mau? ¿Qué pasa?-me pregunta adormilada.

Le doy un gran beso en el cachete y un abrazo.

-Gracias mamá.
-¿Porqué mijo?
- Pues por lo de natación, sé que desde lo que me paso y con el dinero es un poco complicado que me lleven...
-No debes de agradecer mijo, lo hago con mucho amor. Sólo quiero que mi hijo sea feliz- alarga su mano hacia mi rostro y me acaricia mi barbilla.
-Ya no soy un niño ma' para que hagas eso-quitó su mano de mi barbilla.
-Tal vez ya no lo seas para los demás, pero para mí siempre serás mi niñito, al igual que Wes.
-¡Pero Wes ya es una señora!

En el momento en que digo eso empieza a reír a carcajadas.

Elizabeth

Gracias al libro Diario de Nikki que leí, venía una receta para vómito falso que podría preparar para antes De irme a natación.

Aunque la otra opción es decir que no quiero y hacer berrinche...

¡Mejor la primera! Será más gracioso y divertido ver la cara de mis padres.

Jajajaja...ya quiero verlos.

Mau

Voy caminando tranquilamente hacia mi colegio, cuando de pronto veo a los bad guys de mi escuela. Esos bravucones siempre me andan molestando diciéndome cosas que tengan que ver con mi posición social, o con mis trabajos.

Trato de ir lo más rápido posible y rezo porque no me hayan visto.

-Jajaja, ¡miren! Es el taquero.-grita Giovanni a lo lejos.
-Jaja si es cierto.

-¡Dame unos tacos wey!-me grita Alberto.

Trato de ignorarlos pero no me funciona, como quisiera que me dejen en paz. Y de la nada (o al menos eso quiero creer) me caigo.

Vienen los chicos y me empiezan a dar patadas por todo mi cuerpo.

-¡Paren!¡Pareeeen!-suplico.

Pero ellos no hacen caso omiso a lo que digo.

-Déjenlo-oigo que dice una voz femenina muy familiar.

-¡Su novia ya vino! ¡Vayámonos ya!- ordena Giovanni en un tono burlón.

Una vez que se fueron la chica me da su mano y me ayuda a levantarme. Cuando ya puedo ver quien es, me doy cuenta que efectivamente es mi novia. Maya.

-Ay amor, ¿otra vez te molestaron?- me pregunta.

«Osea, ¿que no es obvio?» es lo que quiero decirle pero me resisto.

-Sí bebé, pero bueno, ellos no saben ganarse la vida como uno.

-Y tampoco saben preparar unos tacos tan deliciosos como los tuyos..- me alude.

Mi MáquinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora