Capítulo 8: "Meysin"

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CAPÍTULO 8 "Meysin"

Narra Candy:

- Putos aviones de porquería - comencé a gatear en medio del humo, los pedazos de avión, y gente muerta, si no salgo rápidamente de aquí, esto va a explotar, hay fuego y demás

Cuando logro pararme, me observo de pies a cabeza, mis manos se encuentran ensangrentadas, tengo un dolor en la cabeza impresionante, mis piernas rasguñadas, y me quebré un brazo, estoy segura, me duele muchísimo, a eso agregándole que me faltan pedazos de piel, no pude evitar escuchar llorar a una niña, estaba debatiendo con mi misma que hacer, si entraba por ella podría morir, y si no lo hacía la conciencia iba a matarme.

- Porque tendré corazón - gruñí cuando me adentre otra vez, caminando chueco, en el lugar de los hechos, seguí el llanto, y la encontré

Era una nena pequeña, que se encontraba al lado de un cuerpo, tenía dos colitas su cabello era de un color miel, aunque se encontraba sucio, sus grandes ojos estaban cubiertos de lagrimas pero logré distinguir su color, eran de color marrón clarito. Era una pequeña rellenita por así decirlo. Me acerque a ella, e hizo puchero

- Mi mamá no despierta- logro decir

- Mamá está en un sueño muy profundo pequeña- dije al percatarme de que la mujer estaba muerta

- ¿y cuándo va a despertar?

- Ella se fue al cielo

- ¿Con los angelitos?- preguntó

- Si, con ellos

- ¿No va a volver?

- No lo hará...

Entonces cuando ella gritó porque algo a su lado se prendió fuego, la levanté con mis brazos, a pesar de que me dolían, y como pude corrí.

Al salir del avión con la pequeña en brazos, corrí más, y menos mal que lo hice, ya que explotó, la niña no dijo nada las veces que nos caímos, solo se sostenía de mi muy fuerte y lloraba. Llegamos a un pueblo, en donde nos atendieron rápidamente, la niña no quiso separarse de mí, y los médicos que nos atendieron la llevaron a una guardería del lugar. A mi me colocaron un yeso en mi brazo, y me cocieron unas diez heridas, resulta que gracias a esto tendré una cicatriz en mi rostro de por vida. Le pedí a la doctora si podría prestarme un móvil para llamar, y por suerte si me lo presto.

Llamada telefónica

- ¿Evans?- pregunté

- ¡¿Candy?! Qué alivio, pensé, pensé que... ay dios mío que suerte que estés bien

- Me he lastimado un poco

- ¡Podrías haber muerto!

- "Yerba mala nunca muere" ¿recuerdas?- dije algo que siempre digo, o que es común decirlo

- Claro, solo cuidate, que yo apenas pueda iré por ti- dijo y yo negaba mi cabeza aunque el no podía verme

- No, iré yo, tengo asuntos pendientes

- Ya habrá tiempo de encontrar a Pain, Candy

- No es solo eso- recordé a la pequeña niña

- ¿Qué tramas?

- No te lo diré hasta estar segura.

- Cuídate Candy

Lo daría todo por ella (#2 C.A.L.Q.Q)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora