Capítulo 3: La cancha de basketball.

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El sol perdía su intensidad y las olas ya eran mucho más calmas. El clima no era tan caluroso como antes así que me cambié por mi ropa seca y pedí una cerveza en el bar.

Había estado todo el día en la playa con mis amigos, mis piernas casi que temblaban del dolor que sentía, había estado surfeando más de lo normal. Pero era un dolor que disfrutaba, me encantaba llegar a mi casa cansada de haber estado haciendo surf todo el día.

-Hace mucho tiempo que no andamos en skate - dijo Cameron.

-Es cierto, todos los días venimos aquí. Casi que ni visitamos la Plaza Central - comentó Ted.

-¿Has visto como está la Plaza Central? Llena de malditos niñitos blancos que creen ser dueños de la calle - criticó Marcus.

-¿En serio? No voy hace mucho...

-En serio, bro. Hace dos días fui para practicar un poco y no había lugar, ni siquiera una puta calle, todas las rampas ocupadas.

-Wow... - dije algo sorprendida, en realidad, nosotros siempre fuimos los dueños de la primer esquina de la Plaza Central - sí que los tiempos cambiaron.

-Que los tiempos cambien, pero esa esquina es nuestra. - Aclaró Marcus. El siempre fue así de competitivo, esto es nuestro y aquello es de ellos, y no había forma de discutir. Aunque siendo sincera, yo también lo sentía así, solo que él lo llevaba a un segundo plano.

-Sí, esa esquina es nuestra y toda California lo sabe, - hablo Stacy - pero hay millones de lugar para practicar.

-¿Por ejemplo...? - preguntó Ted.

-No lo sé... la cancha de basketball de la escuela.

-¿Estás loca Stacy? - Dijo Cameron, - la cancha no es nuestra.

-Pero podría... - hable yo. Todos me miraron raro, como si hubiese dicho algo difícil de entender - Quiero decir que no hace falta que sea nuestra para practicar ahí.

Se miraron entre ellos confundidos, subí las cejas esperando una respuesta afirmativa pero parecían seguir sin entender lo que quería decir.

-Podemos entrar a la noche cuando no haya nadie en la escuela.

-Pero Caro, la cancha de basketball está dentro, no como la de football... - dijo Ted.

-Bueno, de eso me encargo yo. - Una sonrisa se dibujo en mi rostro. Stacy sonrió también, cómplice, sabiendo que era lo que pasaba por mi mente.

Había arreglado todo, el plan estaba listo, era el crimen perfecto.

Cuando digo ''crimen'' me refiero tomar prestada las llaves de la escuela, es algo inocente en ese sentido. Pero que mis amigos no se animaban a hacerlo, no por el hecho de que no se animasen a robar o algo así, sino porque ya habían hecho muchas maldades en el colegio y la directora dejo más que claro que si firmaban el cuaderno de actas una vez más, los echaban.

Por eso yo, que nunca había firmado el cuaderno de actas (a diferencia de ellos, yo sí sé hacer cosas sin que los directivos se enteren) era la persona perfecta para entrar a robar las llaves de la cancha.

Los chicos me esperaban afuera, todos con sus skate listos para entrar, Stacy tenía el mío junto a ella. Me guiño un ojo, no sé porque pero ella siempre adoraba que haga estas cosas.

Desde afuera, frente a la puerta principal pude ver que una de las ventanas del primer piso estaba semi abierta. Estúpidos...

Usé los marcos de la ventana como escalera y una columna de ayuda para treparme hasta llegar a aquella ventana, escuchaba que mis amigos me silbaban desde abajo y decían cosas como 'hermosa vista desde aquí abajo'. Yo me reía, eran unos estúpidos.

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