Capítulo 4: Apostemos.

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Era hermosa la sensación que sentía. La satisfacción de haber conseguido que todo salga como planearon, a pesar de los incidentes como la policía, ellos tenían las llaves.

Lo único que faltaba hacer era una copia de las llaves y dejar la original en el mismo lugar donde la había encontrado. Por supuesto, ella no se quedaría con la original, sería absurdo ya que la escuela se daría cuenta y cambiaría la cerradura. Así que debían hacer todo ese cambio en el menor tiempo posible.

-¿Dices que tu hermano sabe hacer copias? - le pregunté a Marcus mientras caminábamos hacia las canchas de football. Tenía gimnasia.

-Por supuesto que sabe. Tu solo dame las llaves y hablaré con él.

-Está bien. - le tendí mi mano con las llaves, él las tomó - Marcus, recuerda por favor...

-Sí, sí, lo más rápido posible.

-Enserio, si tardas mucho tiempo en hacer una copia el director se dará cuenta, cambiará las llaves y todo el plan se va a la mierda. ¿Entendido?

-Entendido. - me guiño un ojo y sonreí, sabía muy bien que eso no iba a pasar y nosotros íbamos a tener la cancha dispuesta para cuando queramos.

Marcus dobló a la derecha y lo perdí de vista. Yo por mi parte seguí mi camino hacia la cancha de football, abrí la puerta trasera y la luz del sol golpeó en mi rostro. Maldición, odiaba hacer gimnasia cuando había tanto sol, me hacía sudar como un puerco.

Caminé hasta el banco donde había otras alumnas y dejé mi bolso, miré alrededor, hoy era martes de vóley.

Amaba los martes de vóley. Amaba el vóley. Obviamente me gustaban la mayoría de los deportes, me considero una persona muy competitiva. Pero sin dudas, mi favorito era vóley. El resto de las alumnas que compartían mis horarios de gimnasia no les agradaba la idea de jugar vóley, en realidad, no les agradaba la idea de jugar vóley conmigo. Según ellas, yo era muy violenta.

Lo cual no lo veo cierto, no me considero una persona violenta como veía el resto...

-¡Punto directo! - gritó la profesora cuando mi saque le pegó a una compañera haciendo que se caiga para atrás.

Estábamos ganando por una gran diferencia. Lo bueno de ser buena en los deportes era que todos querían hacer equipo contigo, y lo malo era que nadie quería jugar contra ti. Es decir, tenía un buen equipo y nadie para ganarle.

Habíamos rotado ya 4 veces, estaba en el lugar de la armadora asique me tocaba bloquear2.. En el otro equipo estaba Stacy, en el mismo lugar que yo, del otro lado de la red. Nuestro saque llego a la otra cancha, el primer toque fue exitoso, el segundo toque fue de Stacy que le armó a la chica que estaba a su derecha, tomó carrera e intento rematar3 pero yo salté con mis brazos estirados y logre bloquearlo.

-¡Bien hecho, Caro! - me felicitó la entrenadora, sonreí, Stacy soltó una risita.

-Maldita... - escuche que susurró la que intento rematar.

-¿Disculpa? - la miré desafiante, subiendo una ceja. Ella me miro sorprendida, no esperaba que la escuchara.

-Nada. - bajó la mirada nerviosa y me ignoró por completo. La mire a Stacy para corroborar si también la había escuchado. Ella se rió negando con la cabeza sabiendo que estaba a punto de golpearla, subí mis hombros como diciendo '¿Qué esperabas?'.

El partido había terminado y nuestro equipo, obviamente, había ganado con una gran diferencia de puntos. El calor y el sol no nos ayudaba en nada, todas estábamos agotadísimas, algunas bebían agua y otras estaban acostadas en el pasto, tratando de recuperar fuerzas.

Break Rules.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora