Recién llegaba del colegio, cuando miré el carro de mi padre estacionado frente a la casa; eso era extraño, mi padre no estaría esta semana en casa.
Me quede parada frente a la puerta, pensaba que cuando entraría me dirían "despidieron a tu padre", estaba preparada para lo peor.
Saque mi llave y abrí.-Hija, ¡Que bueno que llegaste! Te estábamos esperando. -Dijo mi madre indicando que me sentara en una de las sillas del comedor.
Mi madre se notaba feliz, eso significaba que el hecho de que estuviera mi padre en casa no era nada malo. Me tranquilice un poco.
-¿Qué paso mamá? ¿Porqué mi padre esta aquí? -Dije calmada.
-Querida, han transferido a tu padre a la ciudad.¡¿Qué me acababan de decir?! ¡¡No!! Eso era mil veces peor que hubieran despedido a mi padre. Llevaba 14 años viviendo en el mismo lugar, apenas habia conseguido poner mi vida en "orden".
-¿¡Qué?! -Dije levantando la voz casi gritando.
-Pues, lo que escuchaste.
-¡No me pueden hacer eso, apenas estaba consiguiendo que mi vida aquí fueravtranquila! -Dije exaltada.
-Cariño, eso ya no esta en nosotros.
-Mis jefes creían que seria mejor para mi. -Dijo mi padre con un tono calmado.El tono de mi padre me tranquilizó un poco.
-Bueno, y, ¿cuando se supone que nos miraremos? -Dije ya con un tono más calmado.
-Tenemos una semana. -Dijo mi padre.Seguimos conversando otro rato, me despedí, y subí a mi habitación, me quede pensando, y entre tanto pensar me quede dormida.