La batalla de los tres mundos

Prólogo

Antes del universo no había nada, solo la oscuridad misma y el silencio. Era como un gran vacío sin fin y sin comienzo. Tal vez uno se pregunte "¿esta oscuridad terminara algún día, la luz podrá algún día entrar en la oscuridad?" Es una pregunta difícil de responder, solamente si uno pudiera presenciar el futuro tal vez sabríamos que sucederá. Pero no había nadie, ningún ser viviente, y si no hay ningún ser viviente no se podrá ver el futuro. Pero siempre hay una esperanza.

En algún lugar de esa oscuridad existía, tal vez una energía, o un espíritu, o un fantasma, o simplemente un dios llamado Hombre que vivía solitariamente vagando por tal vacío, hasta que hubo un momento en que se sintió demasiado solo, y decidió crear a alguien que lo acompañara, a alguien quien proteger, a alguien opuesto a él que pueda amar, y decidió crear otra figura semejante a él pero no igual. Hasta que al fin se decidió. Se llamaría Mujer.

La creo cuidadosamente con la delicada energía de la oscuridad, hasta que lo logró. Junto con ella se sintió más seguro de si y ni se recordó que estaba aún en aquel oscuro lugar.

Pero Mujer le dijo a él que se ella se sentía demasiada sola en la oscuridad a pesar de estar con él y le suplico por mucho tiempo que creara mas cosas que sean opuestas y semejantes como la que él iso con ella. Pero Hombre quería que las cosas que las que él creara no fueran semejantes, no quería que fueran una energía nada más, quería que fueran algo más, algo que se pueda tocar, que se pueda sentir, pero que también tuviera sentimientos y emociones y que también fiera opuestas.

Le dijo esto a Mujer y le pareció buena idea.

Primero decidió que las criaturas que él crearía tuvieran magia.

-"Si hay oscuridad debería haber luz"-pensó. Y empezó su trabajo.

Comenzó con la luz. La primera criatura se llamaría Sol. Sol tenia un largo y fuerte cuerpo y lanzaba magia y fuego de su gran boca, pues era un dragón. Luego quiso crear algo intermedio a la luz y la oscuridad. Creo a Tierra. Tierra era anaranjado con franjas negras y con la mirada de sus ojos creaba también magia y tierra. Era un tigre. Y por último quiso crear lo opuesto a ellos, una mujer. Se llamaba Luna. No tenía ningún color en especial, a la luz era negra, en la oscuridad era blanca y entre medio de ambos era café. Tenia un largo cuerno en su frente que lanzaba magia y hielo,tenía cabellos largos, era una unicornio. Hombre se los presentó a Mujer.

-Los dos hermanos son Tierra y Sol y la hermana pequeña es Luna- dijo Hombre a Mujer.

Pero lamentablemente los tres hermanos no veían ni a Hombre ni a Mujer ya que eran energía transparente y simplemente no les isieron caso y se fueron a descubrir y explorar aquel vacío oscuro y sin fin.

Ya explorando Sol se aburrió de tanta oscuridad y Tierra ya se cansó de estar siempre flotando gracias a la gravedad, pero a Luna no le importaba eso, le gustaba la oscuridad y le gustaba estar flotando en el vacío, pero eran dos contra uno y Luna tuvo que aceptar hacer un cambio con su vida.

Entre los tres, con su magia crearon un lugar en donde escribir sus ideas y lo que querían hacer con esa oscuridad. Unieron cuernos, bocas y ojos para crear tal elemento. Con su mente ágil unieron ideas y al final lo que les salió fue algo extraño. Parecía que tuviera alas, un caparazón que protegía lo de adentro y lo de adentro era ligero y algo áspero. En fin, lo llamaron cuaderno mágico.

-¿Y si cada uno se inventa un hogar a su manera?- Dijo Tierra.

-Me parece bien, pero que los hogares de los tres tengan la misma forma- Mencionó Sol.

-Estoy de acuerdo hermanos. ¿Y la forma de nuestros hogares puede ser una esfera?

-¡Si! Me gusta esa idea- Dijeron a coro Sol y Tierra.