1. Empezando de cero.

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1. Empezando de cero.

Estaban rodeados de un silencio total e impenetrable. Todos se miraban entre si. Lucían agotados y devastados por por las repentinas desiciones que tuvieron que tomar.

—Katie, que tengas un excelente día hoy. Intenta no retraerte tanto frente a tus nuevos compañeros y tal —dijo la mujer dulcemente mientras le dedicaba una radiante sonrisa.

—Gracias, supongo. Te quiero mamá. Si espero más a Jack seguro que llego tarde.

—Está bien, adiós cariño.

Katie salió disparada de su nuevo hogar al instituto. Le quedaba a un par de cuadras, no muy lejos a decir verdad. Mientras caminaba al revisar que aún le quedaba un poco de tiempo para beber algo que le diera energía, sentía una mirada sobre ella. Pero cada vez que se percataba y volteaba para ver qué sucedía, no había absolutamente nadie por las calles.

Se adentró al instituto y de inmediato se dirigió a la dirección para que le dieran los documentos respectivos de sus clases. Una mujer delgada se encontraba tras el escritorio principal observando a Katie atenta a su petición.

—Disculpa, ¿necesitas algo? —sentenció con un tono amable mientras la miraba de reojo.

—Ahm... Hoy es mi primer día de clases, necesito mi horario y los documentos de los que me hablaron anteriormente...

—Oh, por supuesto, ¿eres... La chica transferida desde Italia, Katie Parker, verdad?

—Esa misma.

Después de recibir todo lo que necesitaba se centró en encontrar el aula de Historia. No tardó mucho en encontrarla, puesto que le habían dado un pequeño recorrido por el instituto durante el fin de semana. Sólo quedaba una silla restante al final del pasillo que se dividía en tres hileras. Todos los alumnos centraban su atención en ella, y Katie se limitó a llegar a su lugar rápidamente mientras cubría un poco su cara con su cabello.

Las dos horas de clase se pasaron volando. Aún sentía una intensa miraba sobre ella, pero optó por ignorar éste hecho. Ahora tenía una hora de literatura.

—Buen día chicos. Me complace anunciarles que en el día de hoy tendrán que entregar un ensayo acerca del amor. Sólo consiste en que, por parejas, realizarán éste proyecto dando su punto de vista sobre éste tema. Tienen toda la jornada escolar para entregarlo, lo que significa que a la 1:30 deben estar todos sobre mi escritorio. El fin de éste trabajo lo conocerán más adelante, hará parte de otro proyecto. Así que piensen muy bien cómo lo harán.

Todos bufaron y se empezaron a unir con sus parejas para realizar en proyecto.

—Chicos. Yo defino las parejas.

Bufaron de nuevo y Katie esperó que anunciaran con quién le tocaría.

—Katie Parker con... Espera, ¿eres la alumna nueva verdad?

Katie asintió y trató de sonreír pero el resultado fue una rara mueca de su parte.

—¡Genial! Esperame cuando la clase termine —asintió y se encogió en su silla. —Katie, tu compañero será Daniel Sharman —dijo mientras lo señalaba.

El chico sonrió y se acercó de forma aperezada al lado de Katie.

Narra Katie.

Daniel comenzó a escribir una base solida para nuestro proyecto sin emitir palabra alguna hacia mi.

—No te quedó claro que es un proyecto en parejas, ¿verdad? —solté sin más y me dedicó una sonrisa llena de arrogancia.

—Dudo que puedas ser de ayuda, considerando que probablemente no tienes ni la menor idea de cómo le gustan los proyectos a la maestra, novata.

No había dicho eso. No pudo.

—Escuchame, no te las vas a dar de listillo conmigo. He tomado clases de literatura particulares, por cierto. Así que cierra la boca.

Le arrebate la hoja y no pude evitar admitir para mis adentros que el jodido redactaba bastante bien. Y en muy poco tiempo había narrado muchos detalles.

La profesora jamás me dijo nada, pero para el final de la jornada nadie había terminado el proyecto. Y es que era imposible hacerlo en tan corto lapso de tiempo. Y como si la hubiera invocado con mis pensamientos se asomó sutilmente en la puerta y agitó su mano.

—Chicos, puesto a reclamos y demás, el proyecto me lo entregan mañana a primera hora.

Todos asintieron y tomaron sus mochilas para marcharse.

—Katie, ¿nos reuniremos o cómo?

—Así es.

—Bien, dame tu dirección. Te recojo y lo terminamos en mi casa —demandó, me limité a asentir mientras le miraba con desprecio.

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Alas negras. {Daniel Sharman}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora