Me dormí por unas horas, tuve un sueño extraño; estaba echada en el piso en un lugar con poca luz y unas antorchas, de fondo sonaba una melodía sobre unas frases recitadas por Ángeles caídos. Anunciando la verdad, unas mujeres vestidas con una túnica blanca cayendo en pliegues alargando su figura haciendo verlas majestuosas, sus cabellos largos y oscuros, sus ojos se veían como un pozo de la perdición totalmente negros, cada paso parecia extender el éxtasis del sonido de sus dulces voces al compás de los tambores. Entonces un joven de cabello color castaños ojos negros, cada fina facción de su rostro era un elixir, tratando de fundir su esencia sin obtener resultado se acerca levantando mi cuerpo del suelo y sufría, sentía como su alma se ennegrecía, ahogando su corazón en el mar de dolor, odiando existir y sentir algo por ese ser tieso ya muerto.
No era yo quien estaba en el piso, ese no era mi sueño.
Odiaba haber sentido amor, si en algún momento le iban a arrebatar a lo mas apreciado que poseía. Recuerdos emanaban de su mente, cada instante que se sentía solo cuando ni siquiera el dolor lastima, cada segundo deseando buscar esa felicidad que nos produce la sensación de una chispa de energía recorriendo todo nuestro cuerpo.
Entonces el joven se levanta entre sollozos, jura encontrar al culpable y recuperar a su amor, no importa en que cuerpo esté se reencontrarian de algún modo.
Todo se va nublando dando vueltas con la musica de fondo, acoplando los lamentos de años de esperar la libertad. Como si la tormenta ya había desaparecido y era la oportunidad de ser su propio dueño. Aún permanecía luz en su interior, no importaba cuantas tormentas hayan pasado, cuantas veces lo hayan lastimado, cuantas veces su corazón moría perdido en la desilusión...Me falataba el aire estaba desfalleciendo, cada vez mas débil, amando mas a todo lo que hay, todo lo que había recibido sin tener idea de lo que haya, solo podía escuchar y mi mente seguía viva aún, me venían recuerdos abriendo cada herida y profundizando el dolor marcando mi alma al resentimiento.
Las sombras estaban consumiendome trataba de salir de salvarme, el terror invadía cada parte de mi cuerpo, estaba horrorizaba, aullidos, voces confabulando para atacar, cada vez mas cerca, desgarrando por completo todo en mi, arrancando absolutamente todo, con tal odio que no se podía medir la magnitud prepotente de cada ser, la sangre era un manjar.
Oh dulce sacrificio innecesario
Oh maldita seas criatura has de profanar lo nuestroRecupere la consciencia, esta aturdida, mi mente era turbia, no enfocaba la vista mi pecho se agitaba y sollozaba no sabia como distinguir la realidad, tenia miedo no podía moverme, nada en mi respondía. Mi cabeza explotaba y el temblor no se iba.
Estaba entrando en pánico, miedo de perderme no volver, mi mandíbula se apretaba, cada vez me ponia más paranoica y temblaba más aún...
Porque era incapaz de controlar mi mente o siquiera mi cuerpo, me sentía inútil, débil.
La ansiedad se empezaba a esparcir, la desesperación, deseaba morir, ni la muerte tenia sentido ya nada lo tenia