Antes de Morir

Dia 17

Dia 17

No fue la mejor noche de mi vida pero por suerte los muertos que golpearon la camioneta toda la noche no nos vieron, ya que teníamos las ventanas con ropa y otras cosas para ocultar y nuestro olor no llegaba a ellos, por el olor del cálido motor junto la humedad del ambiente nos habían escondido a la perfección...

Al despertar lo primero que hice fue quitar las prendas del parabrisas y casi doy un grito que pude ahogar al ver a uno de ellos acostado sobre el capo, desperté a Juan y el salio a darle un batazo, subió de nuevo a la camioneta y me ayudo a quitar las prendas sin despertar a los demás, después de eso seguimos nuestro camino a mi unidad la cual ya no estaba muy lejos, mi unidad era un conjunto de casas campestres de gran tamaño apartada a unos 7km de la ciudad y a 7km de un pueblo de considerable tamaño, toda la unidad estaba rodeada por un muro de ladrillo de unos 2 metros, frente a ellos una yerba espesa que los ocultaba a excepción de la mia, la cual simplemente tenia una gran reja de acero y ladrillo, por lo cual no me preocupe, al llegar por el largo callejón que conducía a ella, baje del auto para intentar abrir el portón pero los seguros hidráulicos me lo impedían, asi que trate por la puerta para personas metiendo mi mano por el pasador, pero antes de que pudiese abrir, la puerta se abrió y me tope con el cañón de un revolver entre mis cejas.

-SOY DANIEL! -grite sin saber quién era y un vecino rio-

-Que mas hombre? -pregunto como si nada- con quien vienes? -miro de reojo la camioneta- con unos amigos, mi familia? -el solamente se limito a bajar la mirada y quitar el seguro del portón-

Juan entro la camioneta hasta mi casa y la dejo en el lugar donde deberían de estar los autos de mi padre, entre con poca esperanza a mi hogar y vi todo como debería de estar solo faltaba algo de ropa de las habitaciones y algo de comida, pero por lo demás todo estaba en su lugar, cuando descargábamos las maletas y las armas el mismo vecino que abrió el portón llego con otros adultos sin que yo me diese cuenta hasta que una pequeña discusión comenzó en el comedor, así que baje con rapidez del segundo piso haber que sucedía era Alejandro discutiendo con Carlos mi vecino

-Que pasa? -pregunte al verlos- Vienen a quitarnos las armas -respondió con desagrado Alejandro-

-No venimos a quitarlas, más bien a guardarlas, uds son niños no tienen porque andar armados, si es necesario se las daremos -dijo Carlos de inmediato- ¿Y quién dijo que somos niños?

-Basta los dos, parecen niños -dijo callándolos- ¿para que son las armas?

-Para las guardias de cada casa... -respondio Oscar- ¿entonces yo debo darte las armas de mis amigos, para cuidar casas que no son las mias? -pregunte-

Mientras Juan aprovechaba para sacar el revolver ensangrentado del portero y la beretta del maletín donde estaban empacados, al verlo asentí y entregamos las armas de fuego, después de eso busque algún juego de mesa de la habitación de checheres y jugamos el resto del dia, al llegar la noche no se veía una sola luz, de la ciudad como si nunca hubiese existido, lo único que nos iluminaba eran 2 fogatas en el centro de la unidad y las velas que teníamos a mano, por fin en 17 dias podría dormir tranquilo...