Érase una vez una niña llamada Camile Anderson. Vivia en la ciudad de Vancouver junto con su hermano mayor Samuel Anderson y su hermanastro Jacob Simmons de su misma edad. Era una chica de apariencia sociable y culta que inspiraba confianza instantáneamente pero se comportaba misteriosa en varias ocasiones. Desde muy niña quedó huérfana a causa de la muerte de su madre y la desaparición de su padre desde tiempo antes de que ella naciera. Jacob, Samuel y ella fueron con el Sr. Simmons que era como un segundo padre para ella, se hizo cargo de los hijos de su difunta esposa, ese hombre le dio el apoyo necesario y le brindaba el afecto tal y como su padre biológico lo hacia. Tiempo después, el padre de Jacob volvió a casarse, esta vez con una mujer que aparentaba buena salud y además de todo era buena madre, tenia un heredero. El nombre de el pequeño niño era Elijah Wadlow.
Camile y Elijah se hicieron buenos amigos desde que el llegó a la familia. Al cumplir 7 años, la pequeña Camile quiso volver a casa de sus padres donde entonces vivían sus abuelos, el Sr. Simmons accedió a su petición permitiéndole volver a su casa cuando quisiera y desde luego estando al pendiente de ella aún a distancia. Por otro lado, la esposa del Sr. Simmons le dio el amor maternal que le hacia falta, estando permanentemente al cuidado de ella cada que salia a la escuela ida y vuelta, y varias cosas más por el estilo.El tiempo pasó y los niños crecieron separados, en la casa de los Simmons crecieron tres niños con poca diferencia de edad y con el tiempo la madre de Elijah dio a luz una niña.
Por otra parte en la casa de los Anderson, Camile creció en soledad, dedicándose en mayor parte a tomar el té en el jardín con sus abuelos a distintas horas, dibujando o manipulando instrumentos musicales de su agrado sin dejar de preocuparse por sus estudios.
Pasados 9 años después, Camile se había transformado ya en una chica madura, pero no era aquella niñita que le gustaba sonreír, su ambiente diario la hacia dudar de ella misma, al verse frente al espejo, pensaba en muchas de las cosas que chicas de su edad hacían, y tanta diferencia entre ella y las demás, le hacía creer que era diferente.
Ese día marcaba el inicio de un nuevo año en su vida, próximo a terminar un ciclo. Todo en su mente se desvaneció por la voz de su abuelo en la puerta
- Hija, estas lista?
- Si... Si ya voy
- Te ves bien. Quien diría que cumplirias 16 tan pronto! Apenas eres una niña
- Abuelo basta, me ruborizas
- Esta bien ya es suficiente, tu abuela nos espera
- VamosEl abuelo tomó distancia y volvió la mirada a ella, de repente en su rostro arrugado surgió una nostálgica sonrisa
- Que pasa?
- Nada... Es que te pareces mucho a tu madre, me la recuerdas mucho
- Bien creo que mi cumpleaños te afectó abuelo, recuerda que no importa cuanto crezca, seré tu niñita hasta que dejes de estar aquíSe abrazaron unos cuantos minutos y finalmente bajaron, la abuela estaba en el sofá esperando por ellos
- Estoy lista - afirmó Camile
La abuela levantó sus ojos y vio a una hermosa señorita
- Mira que hermosa estás, no reflejas la edad que tienes
- Abuela!
- Guarda silencio y no cuestiones a tu abuela, siempre te he dicho la verdad. Ahora venCamile y sus abuelos se sentaron en la mesa de poker, su abuelo se encargó de darle dos sobres mientras su abuela sostenía en sus manos una pequeña cajita de regalo.
- Toma el sobre púrpura y ábrelo primero
Obedeció al instante y encontró varias cartas y tarjetas, quería leerlas en la noche antes de dormir, pero hubo una entre todas que le llamó la atención, era una pequeña nota hecha en papel azul celeste en el cual decía " El camino en soledad no es fácil de recorrer si se trata de caminar..."
Camile estaba confundida, miro a sus abuelos que le dieron otra indicación- Ahora abre el sobre rosa
En ese encontró dinero en efectivo y una pequeña nota "Te hará falta para abastecer necesidades tuyas o de lo que te espera..."
Ella abrió los ojos al notar cúanto dinero había, miró a sus abuelos y seguía sin creerlo, pero tras esa cara de sorpresa estaba asustada por que aun no sabia lo que tenia esperando por ella- Oye pequeña, tienes algo en el cabello
Tomó la última pista y la leyó "No pierdas la cabeza, échale un vistazo a la caja". Finalmente su abuela le dio la pequeña caja, la abrió con mucho suspenso encontrando dentro una pequeña tarjeta "Felices dulces 16 querida, te amamos. Tus abuelos" y unas llaves de auto.
Su cara se blanqueó y de repente solo pudo suspirar
- Donde está?
- Afuera estacionado frente a nuestra casaNo contuvo la emoción y corrió hasta su regalo, un hermoso mazda negro. Gritó, lloró, sonrió y festejó en soledad su regalo mientras sus abuelos satisfechos de verla feliz, detallaban cada gesto que hacia, cada palabra balbuceada que decía. Después de todo era la viva imagen de su madre.
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Érase Una Vez
Teen FictionEl castigo más cruel para una persona es hacer que se enamore de ti si no piensas corresponderle. "Y que la historia empiece: Érase una vez una bella princesa... y un príncipe ladrón ..."