Kim Hyun Ah. Roll Deep.

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[-Eso te pasa por meterte con...-]

Su cuerpo cayó de un solo golpe.

- ...migo -.

[...]

Dicen que cuando mueres sólo sientes frío porque todos tus órganos comienzan a dejar de funcionar lentamente.

Yo sentí calor.

Un calor sofocante.

El impacto de la bala no dañó ningún órgano importante, pero sí me hizo perder mucha sangre en muy poco tiempo. Oí como SoHyun pedía perdón mientras se arrodillaba ante mi cuerpo inmóvil. También sentí como el fuego se iba apagando y la habitación quedó anegada por un horrible y espantoso humo. Sé que intenté abrir los ojos y no fui capaz.

Me estaba muriendo, pero estaba feliz. Al final de una cálida luz pude volver a ver a Hyunseung agitando una bengala mientras estábamos sentados frente al fuego en una de nuestras escapadas por todo el país. Me llenó de felicidad saber que en mi descanso eterno podría vivir una vida feliz y tranquila a su lado. Tal y como siempre deseé.

Tenía a la muerte tan cerca que quise volver al pasado y enmendar mis errores.

Me sentí tan inútil e inocente al fiarme de las palabras de mi mejor amiga, tan traicionada por la única persona en la que creía que podía confiar dentro de la banda, que deseaba moverme con todas mis fuerzas para coger el arma que JS utilizó, y darle un balazo entre ceja y ceja a cada uno de esa miserable y putrefacta mafia. Me dolió más darme cuenta de que habían conspirado todos en mi contra que sentir como mi piel estaba siendo devorada por mi propio y voraz ataque de ira, celos y rabia.

Necesitaba relajarme. Necesitaba llenar mis pulmones de aire y contar hasta diez.

Quería pensar en cosas bonitas para tener una despedida dulce. Quería sentirme querida. No quería darme cuenta de que todos los años que pasé en el Infinito, los pasé sola.

Soledad, un término que ningún ser humano quiere sentir a lo largo de su vida. Todos necesitan amor y cariño para salir adelante; el amor que me daba Hyunseung.

Yo al borde de la muerte y mi cabeza pensando en él en vez de buscar una solución para sobrevivir. Parece que mi autoestima se hundió, igual que se hundió el amor de su bala al impactar en mi pecho. Nadie diría que JS era un francotirador de primera clase; le temblaba el puso al apretar el gatillo, también le tembló su hombría y comenzó a llorar al ver lo que acababa de hacer.

Matar a su novia.

Sabiendo que no me quedaba mucho tiempo de vida, decidí recordar el primer día de las vacaciones que pasé con él. El día que nos hicimos novios.

Habíamos planeado marcharnos a dar una vuelta por los lugares más exóticos de Corea del Sur debido a una promesa que él hizo el día que nos conocimos. Nunca habíamos dicho nada de ser pareja oficial, más bien, nunca nombramos nada de estar juntos, simplemente lo dimos por hecho.

Nuestro primer día de vacaciones fue en una playa. Las vistas eran hermosas. Bonitos campos, una arena blanca perlada, agua cristalina, un cielo azul despejado... en sueño de lugar. Hyunseung aparcó la caravana en un descampado cerca de la costa. Puso dos piedras en las ruedas traseras de esta para evitar que se moviera. Yo salí del interior y me quité la cazadora de cuero. Estiré los brazos e inspiré profundamente.

Quería almacenar en mi interior el aroma tan puro que allí se respiraba.

—Si quieres puedes ir hasta la playa. Yo me quedaré un rato más aquí poniendo la caravana a punto para instalarnos en este lugar durante unos días —dijo JS. Le hice caso y bajé corriendo cual niña pequeña hacia la arena.

TROUBLE MAKER (One shot)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora