Método 4: Ethan Romasanta.

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Yo soy Ethan Romasanta, el chico más guapo y popular del instituto, todas las chicas están detrás mío. Antes sólo las usaba para tener sexo... Hasta que eso dejó de satisfacer mis necesidades, ¿por qué? Porque yo soy un malditos psicópata y me gusta la sangre, así qué no me conformo con sólo sexo.
Mi primera víctima fue una chica llamada Sofia Marruz. La primera chica a la que asesinaría y una de las tanta chicas con las que he tenido un polvo.
•••
Sueño con que llegue el día de asesinarla. Conquistarla y llevarla conmigo a la cama no será tarea difícil.

Entro al instituto y ella está ahí con su mejor amiga, Caroline. Me acercó a ellas para saludarlas amistosamente.
–Hola, chicas.–Digo y me miran sonrientes.
–¡Hola, Ethan!–Dice Sofia entusiasmada.–¿cómo has estado?
–Muy bien, ya sabes, organizo una sorpresa para ti, hermosa.–Digo con una voz qué haría que cualquier chica cayera a mis pies. Ella sonríe.
–¿Pa-para mi?–Tartamudea, por la emoción al saber que le tengo una sorpresa.
–Sí, para ti. Quiero hacer algo especial contigo.–Le doy un corto beso en los labios y ella sonríe, me alejo de ellas mientras saludo con la mano.

Mientras estoy en clase de literatura, hago un plan para torturar a Sofia, si lo hago bien sé que todo saldrá a la perfección. La voy a torturar de una forma increíble, nada lo superará. Y como será mi primera víctima, será algo especial.

Dentro de dos semanas habrá una fiesta en casa de un amigo, ahí será una oportunidad perfecta para probar a Sofia, para ver si en realidad podre llevarla conmigo fácil.

Nos encontramos en la casa de Carlos, esta fiesta está increíble, hay de todo, tal vez por aquí encuentre a mi segunda víctima, sería estupendo.

Busco a Sofia con la mirada y la encuentro bailando, decido ir con ella para bailar un momento. Baila un tanto provocativa, así que comienzo a bailar de la misma manera con ella. Lo que resta de la fiesta, bailamos, bebimos y yo me fui con una chica a la habitación de Carlos.

Paso una semana y ya estoy decidido que mañana, haré lo que tengo planeado con Sofia, no será una muerte tan cruel, lo haré cuando llegue a su punto máximo de placer.
Salgo de mi casa y me dirijo al instituto , a l entrada de éste se encuentra Sofia con Caroline charlando.
-Hola, señoritas.- Les sonrió esperando respuesta alguna.
-Hola, Ethan.- Contesta Sofia sonriendo.
Hola.- Dice Caroline sin animo alguno.
-Sofia, ¿podemos hablar un momento a solas?- Le pregunto, ella asiente y su amiga se despide de ambos y se aleja.-¿Recuerdas que te mencione sobre una sorpresa?
-Claro, ¿por qué preguntas?
-Porque ya está lista. Y mañana quisiera mostrarte lo que he preparado para ti. Será un día y una noche inolvidable.-Tiene una gran sonrisa en su rostro.
-Está bien. ¿Donde nos vemos?
-Paso por ti a tu casa, quiero llevarte a mi casa de campo a pasar el día y la noche.
-Genial. Entonces ahí te espero.
-Claro.- El timbre que nos avisa el inicio de las clases nos interrumpe.- Bueno, tengo clase de literatura, adiós.- Me alejo sin esperar respuesta.

Salgo del instituto y en mi auto me dirijo a la casa de campo para terminar de preparar lo que tengo planeado para mañana. En la habitación principal sucederá toda la magia, la cama tiene sábanas blancas y unos cojines color café. En la mesa de noche coloco mi arma; una simple navaja de bolsillo que compre para esta ocasión. Pongo pétalos de rosas en la cama y en el camino hacia la habitación, es algo cursi pero quiero que confíe y que su última noche sea inolvidable. La sala de estar la adorno con velas rojas y en la mesa de café hay dos platos para llevar a cabo la cena que le tengo preparada. En la cabaña de a lado será a donde la llevare al inicio, la casa será para la noche.

Regreso tarde a mi casa y solo llego a dormir. La noche paso más rápido de lo que esperaba, me levanto y tomo una ducha, me pongo ropa cómoda y salgo de mi casa para dirigirme con Sofia.

Salgo del auto y subo a su departamento, toco el timbre unas cuantas veces hasta que abre, ya tiene lista una pequeña maleta que contiene su ropa.
-¿Lista?.- Le pregunto con una sonrisa.
-Lista.-Asiente emocionada.

Llegamos a mi auto, nos dirigimos al campo en un silencio absoluto yo me concentraba en el camino y ella estaba atenta al paisaje.

Cuando llegamos, estacionó el auto y ella baja de un salto de él, sus ojos demuestran toda la emoción que su boca no dice. Sólo mira la casa de campo y camina hacia ella.
-Espera, ¿a donde vas?.-Le pregunto.-La casa es para más tarde.
-Oh, lo siento, ¿en dónde puedo dejar mi equipaje?
-En la cabaña, ven, te acompaño.
Ambos caminamos hacia la cabaña, es hermosa y acogedora, Sofia me pregunta sobre el baño, la guió y escucho como toma una ducha, ya que quería ir a nadar a la piscina que hay en el jardín de la mansión.

Nadamos un rato y nos divertimos, le estoy dando el último y mejor día de su vida. Damos un pequeño paseo por el campo, le muestro mis lugares favoritos y ella me presta atención a todo lo que digo.
Después de todo lo que hicimos, llegó la noche, el gran momento.
-Me iré a bañar, ¿te molesta?- Me dice Sofia.
-Claro, ve. Te espero para cenar.- Asiente y corre al baño.
Yo hago lo mismo pero al baño de mi habitación, para ser una cabaña es muy grande. Salgo de la ducha, me cambio y me doy cuenta que estoy listo antes que ella. Le aviso que iré a la casa y que cuando esté lista vaya para allá.
Termino de hacer la cena, la sirvo en sus respectivos platos y escucho que suena el timbre de la casa, voy a abrir y le pido qué entre, al ver todo lo que hay preparado se sorprende más de lo que creí que se iba a sorprender. Se voltea para verme y se lanza hacia mi y me besa, es un beso intenso, le sigo el beso sin pensarlo dos veces, la tomo de la cintura y la cargo a horcajadas, camino hacia la habitación sin dejar de besarla, al llegar al cuarto se separa un poco de mi y observa detenidamente cada detalle de la habitación.
-¿Lo preparaste tú?.-Me pregunta un tanto sorprendida y emocionada.
-Todo, sólo para ti.-Sonríe y vuelve a besarme, nos acostamos en la cama sin dejar de besarnos, le saco la blusa para sólo dejarla en brasier, ella hace lo mismo peto con mi playera, le quito el brasier, quedamos empatados en cuanto a la ropa, al mismo tiempo comenzamos a quitar el pantalón del otro... Terminamos de quitarnos todas las prendas, quedamos desnudos, no me importa nada y con mis manos exploro su cuerpo, buscó cual puede ser el mejor lugar para comienza.
Tomo mi navaja y la paso por el cuerpo de Sofia, dejando profundas heridas, la besó y la penetró mientras la cortó, ella llora de dolor. Salgo de ella, abro sus piernas y le introduzco dos dedos. Al sacarlos, vuelvo a tomar mi navaja y corto parte de su clítoris y de sus pechos, ella llora y grita con dolor, corto sus muñecas y succionó su sangre, sabe tan bien. Inclinó mi cabeza hacia su intimidad e introduzco mi lengua, saboreando su sangre e intimidad cortada. Por más que me maldecía y trataba de soltarse no había resultado, no la soltaré hasta dejarla sin vida.
La besó para penetrarla mientras sigo haciendo pequeñas y profundas herida para después drenar su sangre.
Me sigo divirtiendo cortando partes claves del pequeño y delicado cuerpo de Sofia. Salia más sangre, cortaba aún más e hice una cortada bastante profunda en su yugular y sus venas, salia sangre sin parar hasta que dio resultado lo planeado; murió desangrada.
Después de eso, salgo de ella, veo ahí, su rostro con lágrimas, me levanto de la cama, para apreciar mi obra de arte; su perfecto cuerpo desnudó, cubierto de sangre sobre una cama con sabanas blancas manchadas con el hermoso color carmesí y aún con pétalos de rosas, el paisaje más perfecto para mis ojos. Y así fue... Así fue mi primer método de tortura. Los demás son historia.

10 Métodos de tortura. © [En edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora