ONCE.

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STEPHEN.

Me sentía un poco devastado por lo ocurrido ayer. Le supliqué que me besara, y no lo hizo.

Ella no me amaba y aunque eso era un hecho, me dolía saberlo.

Me enfadaba el hecho de que quisiera huir de mí y conociéndola no se rendiría fácilmente.

De solo pensar que no estaba junto a mi..
Me ponía nervioso de solo pensarlo. No podía perderla, no. Ella era mía y siempre lo sería.

Asegurándome que Ariadna estaba en su habitación, fuí a la sala de reuniones apartando las dos puertas y me dispuse a hablar ya que una hora antes había recibido un mensaje diciendo que tenían que decirme algo urgente.

—¿Qué sucede?—Pregunté quitándome las gafas de sol.

—La están buscando.

Una oleada de preocupación y terror pasó por todo mi cuerpo. Las manos me empezaron a temblar pero las cerré en puños.

Mierda, la estaban buscando. A ella. A mi princesa.

No la iban a encontrar, no podían. No iban hacerlo.

—¿De qué cojones hablas?—Hablé brusco y fuerte.

Ahora estaba cabreado.

—A ella, a Ariadna. Los policías la están buscando. Al parecer su hermana llamó a sus padres diciendo que Ariadna no estaba en casa, sus padres volvieron del viaje en el que estaban y llamaron a la policía. Creen que a lo mejor haya podido huir de casa. Si en dos días más no la encuentran por la ciudad, ampliarán la búsqueda por los aeropuertos, ciudades, etc.—Habló mi ojo derecho; Daemon.

Joder.

—No es problema.—Dije no muy seguro.
—No la encontrarán, siquiera saben que he sido yo.—Sonreí para mis adentros.

Y era cierto, nadie sabía que estaba obsesionado con ella.

No sabrán donde buscar, nadie sabía de mi obsesión por ella.

—Mantenedme al tanto de cualquier cosa, cuidad nuestras espaldas y tened cuidado con todo.—Hablé fríamente.

Lo único que me importaba era Ariadna.

—Jefe.—Me llamó el tal Lucas.

—¿Qué?—Contesté serio. No tenía ganas de soportarlo y menos de haberlo pillado mirando lo que era mío.

—¿Por qué la ha secuestrado? ¿Tan importante es?

No tienes ni idea de lo importante que ella es para mi,capullo.

—No es tu jodido asunto y no te quiero ver cerca de ella.

Salí de ahí cabreado y furioso.

Malditos policías de mierda.

Más les vale que no intenten acercarse a ella.

Tengo amigos en la región policíaca puedo pagar a uno de ellos para que desvíe el rastro por otro sitio y no sé acerquen hacia aquí.

Fui al gimnasio quitándome la camiseta y me puse a hacer abdominales. Tenía que relajarme y despejarme, Ariadna no podía verme así, se asustaría más de lo que está.

Mientras entrenaba pensé en miles de formas de acercarme a ella sin asustarla o sin que acabará huyendo de mi.

Tenía que conseguir su corazón.

Princess.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora