El Hobbit: un mago, trece enanos, un hobbit y una princesa humana

Capítulo 15: El gran reino de Erebor

Hola!! antes que nada quisiera decirles que hoy publicaré este capítulo y otro más!! para emparejarme con mi otra página de fanfics, y decirles que me tardaré un poco en actualizar ya que hay semana de exámenes. ahora como sabemos The Hobbit pertenece a J. R. R. Tolkien y los personajes no reconocidos son de mi mente.

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Thalia entró rápido a la casa y avisó a Tauriel, pero Thalia salió a buscar a Bardo así que Tauriel preparó a los niños y a los enanos para irse, Thalia al no ver a Bardo se dio cuenta de que probablemente lo habían capturado, siguió corriendo hasta que alguien la llamó.

-¡Thalia!-oyó a Bardo llamarla desde arriba de un puente.

-¡Bardo! ¡No te preocupes te sacaré de ahí!-le gritó.

-¡No! Saca a mis hijos de aquí, deben irse.-dijo Bardo seguro.

-Pero Bardo...-

-¡Sácalos de aquí!-dijo Bardo y Thalia no tuvo más que ir de nuevo hacia la casa y ayudó a todos a subirse al bote, fueron remando con Thalia y Tauriel al frente, luego vieron al dragón volar por encima de ellos, todos estaban impactados, ahora la Ciudad ardía en llamas, oían sus rugidos y la madera quemarse, luego chocaron con un bote más grande, era el Gobernador y Alfrid con el oro, estaban huyendo, Thalia se quedó sorprendida de cuán cobardes eran, pero no tuvieron más que sostener a las niñas y a Bain para que no cayeran al agua. Mientras seguían remando esquivando las llamas y las casas destruyéndose, los niños vieron a su padre Bardo disparando desde la campana, una flecha tras otra, y en todas le atinaba.

-¡Le dio!, ¡Le dio al dragón lo juro!-dijo Kili sorprendido.

-No.-dijo Tauriel.

-¡Le dio en la marca yo lo vi!-insistió el enano.

-Sus flechas no atraviesan su coraza, temo que nada lo hará.-dijo Tauriel desesperanzada, de la nada Bain se colgó de una polea y aterrizó en un puente y corrió hacia una estatua del Gobernador.

-¡Bain!-gritaban sus hermanas y Tauriel las agarró, los enanos iban a ir tras él.

-¡Déjenlo! No podemos volver.-dijo Thalia con todo el dolor de su corazón, pero confiaba en que Bain llegaría al lado de su padre.

Ya casi salían de la Ciudad, cuando oyeron cómo el dragón le hablaba a alguien, Thalia sabía que era a Bardo y quiso hacer algo pero no podía regresar, ya salieron de la Ciudad, siguieron oyendo la conversación cuando solo vieron a Smaug volar en el aire quejándose y gritando, hasta que vieron como el fuego dentro de él se apagó y cayó encima de la Ciudad. Smaug está muerto.

Cuando empezó a amanecer, llegaron a la orilla y las niñas no dejaban de gritar el nombre de Bain y su padre, los enanos empezaron a preparar un bote para ir a Erebor.

-Esperen un momento, debo encontrar a Bardo.-dijo Thalia- Tauriel.

-Thalia.-dijo ella.

-Espero volver a encontrarnos.-le dijo pero otra voz femenina la llamó.

-¡Thalia!-venía corriendo su prima Ruby, ahora era más baja que antes y el pelo lo tenía más controlado, su mancha en la nariz era casi invisible, le quedaban pocos días de lobo.

-¡Ruby!-corrieron y se abrazaron, hablaron de cómo es que llegó ahí hasta lo que pasó, luego Thalia la presentó con su amiga.- Tauriel ella es mi primita cambia pieles Ruby, Ruby ella es mi amiga elfa Tauriel.

-Es un placer conocerte.-dijo Tauriel con una sonrisa.

-Igualmente, aunque ya no me queda tanto tiempo como cambia pieles.-dijo Ruby.

-Ruby, Tauriel, vengan conmigo a Erebor.-pidió Thalia y ambas se quedaron en shock.-sé que será difícil pero técnicamente soy princesa de Erebor y puedo hacer lo que mande.

-Thalia no puedo...-dijo Tauriel.

-Oh vamos, convenceré a cada enano de ahí.-insistió Thalia.

-No lo sé.-dudó Tauriel.

-¿Ruby?

-Sólo porque tú me lo pides.-dijo Ruby algo forzada pero quería en parte estar con su prima y con cierto enano.

-Dejaré que lo pienses Tauriel, pero debo hayar a otra persona.-dijo Thalia dejando a las dos chicas solas, Ruby se acercó al bote junto a Fili.

-Ruby...-dijo éste sorprendido.

-Hola Fili.

-Viniste, creí que no vendrías.

-No iba a dejar que mi prima corriera peligro, pero me perdí por unos días, ya me queda poco tiempo como cambia pieles así que ayudaré en lo que pueda.-dijo Ruby y con ayuda de Fili se subió al bote, Fili sonreía y Ruby trataba de evitar sonreír, mientras tanto Kili confesó sus sentimientos a Tauriel y cuando Tauriel estuvo a punto de acceder Légolas le pidió que se quedara y Tauriel no tuvo opción, Kili le entregó el talismán de su madre Dis para que no olvide su promesa, Tauriel después de un suspiro se fue con Légolas y los enanos y Ruby esperaron a Thalia.

Cuando Alfrid trató de golpear a una ciudadana Bardo lo detuvo y sus hijas lo abrazaron, el pueblo se enteró gracias a Percy que Bardo mató al dragón y la gente lo apoyó, Alfrid trató de burlarse y demás y los ciudadanos quisieron atacarlo pero Bardo dijo que no debía causarse más muertes, cuando puso en orden al pueblo una voz femenina lo llamó.

-¡Bardo!

-Thalia- Thalia lo abrazó inesperadamente.

-Creí que no habías sobrevivido.-dijo ella al separarse.- Me alegra que estes bien.

-Thalia, te debo mucho por haber salvado a mis hijos.-le dijo con una mano en su hombro arrodillado para estar a su altura.- Jamás lo olvidaré.-se dieron otro breve abrazo.

-Bardo vengo a decir un hasta luego, iré a Erebor.-dijo ella- debo cuidar que Thorin no tenga esa enfermedad y convencerlo de que les dé su parte que les prometió.-dijo Thalia.

-Suerte entonces.-se despidió con una sonrisa.

Thalia volvió con los enanos y Ruby, partieron hacia Erebor, les tomó como un día llegar, y al estar frente a la entrada se detuvieon.

-Bueno es la hora.-dijo Fili.- entremos.

Todos miraban el reino por dentro, incluso Ruby, Bofur trató de llamar a sus camaradas.

-¡Esperen!-gritó Bilbo desde un puente.

-¡Es Bilbo!-llegaron junto al hobbit.

-Deben irse, todos debemos irnos.-dijo Bilbo recuperando el aire.

-Pero si acabamos de llegar.-dijo Bofur.

-Traté de convencerlo pero es inútil...

-¿Quién?

-¡Thorin!,... Thorin lleva días allá, no come nada no duerme, es este palacio está embrujado.

Fili notó algo y corrió hacia más adentro, Bilbo trató de detenerlo pero al final todos lo siguieron hasta llegar a una sala enorme llena de oro, todos estaban boquiabiertos.

-Oro, oro que no conoce las medidas, ni la pena ni el dolor...-decía un Thorin con un abrigo de rey, con la mirada perdida y al ver a los demás arriba, lanzó un rubí a Fili y éste lo atrapó, luego todos lo observaron.-Bienvenidos, hermana mía, hijos de mi hermana, al reino increíble... de Erebor.