Todo empezó el día de fin de clases, emocionado por haber terminado cuarto año y feliz de empezar las vacaciones de verano, entre a mi cuarto dejé las cosas del colegio y lo primero que hice fue ir directo a mi consola nueva.
Me puse a jugar el nuevo RPG que habían sacado, de mi parte el mejor juego de toda la consola ya que podías tener un muy buen control sobre el juego y sólo necesitabas usar unos Oculus Rift junto con ella y listo ya te sentías dentro del juego, las primeras veces que lo jugué el mismo día todo andaba normal, habría jugado varias partidas y los gráficos eran increíbles.
Con los días me di cuenta que el juego estaba consumiendo mi mente, sólo pensaba en el, en como mejorar, es más dormía pensando en el juego y soñaba con el.
Una semana después de lo sucedido ya no estaba tan metido en el juego pero seguía pensando en el sentía que era necesario jugar una vez más y ahí fue cuando empezó todo...