Han pasado un par de días desde aquel incidente, de repente suena mi teléfono, es la policía, me informan que el encapuchado muerto, soy yo.....
Impactado, le dije que debía ser un error, ya que era imposible que yo estuviera muerto y vivo al mismo tiempo, me respondió que estaba de acuerdo en que era un error, pero las evidencias llevaban a eso.
-"¿Cómo es posible eso?"
Me pregunté.
Salí en busca de ayuda espiritual (no creo en eso, pero de repente me serviría para levantar ánimos). Salí con mi vieja pistola. Una magnum que perteneció a mi abuelo, salí con ella por miedo a encontrarme con el tipo que quiso matarme. Hablé con el cura y le expliqué detalle a detalle lo que me había pasado, el cura era un hombre alto, encorvado ya por la edad, llevaba su túnica ya raída por los años, pero tenía fama de dar unas misas que sacaban el alma de cualquiera adelante, además de eso, había escuchado que era un hombre estudioso. Impresionado, me comentó la historia de Sísifo, un hombre que fue condenado a subir una roca a la punta de una montaña y luego lanzar la costa abajo, cuando Sísifo se acercaba a la cima, el peso lo vencía y caía cansado hasta la base y ahí comenzaba a subir la roca de nuevo.Confundido, le pregunté:
-"¿Y qué tiene que ver eso conmigo?"
Me respondió:
-"Tal vez estés condenado a completar una misión....."