Recuerdo aquél día. Estaba soleado, los pájaros cantaban y las flores estaban hermosas.
Iba camino a casa, después de una larga jornada de trabajo. Estaba muy cansado por tanto trabajo que nos daba el jefe.
Para llegar a mi departamento, debía pasar por un callejón obscuro y con muchos delincuentes ahí cerca.
Siempre llevo mi auto-defensa en el maletín por si las dudas. La cosa es, que ese mismo día, mi vida dio un giro tan inesperado.
Caminando por el pasillo, empecé a tener escalofríos. Lo cual se me hacía muy raro, ya que desde hace tiempo no tenía uno.
La cosa es, que cuando estaba a punto de abrir la puerta de la entrada de los departamentos. Empecé a escuchar extraños sollozos detrás de un cesto de basura. Y simplemente pensé: "meh, tal vez sea otro vagabundo drogado de nuevo."
Volví a escuchar los sollozos, aún más fuerte. En eso me dije con algo de nervios notándose en mi cuerpo: "agh, que molesto."
Tuve que ir a investigar para ver que o quien estaba ahí, detrás del cesto...
-¡Hey! -vi una dama, con un vestido muy roto y descuidado.- ¿Qué haces aquí? -pregunté con curiosidad.
Ella no respondió, sólo lloraba más y más aún.
-Anda, ven acá. -Levanté con cuidado a la bella dama.
Después de haberla levantado, vi que tenía el pié sangrando.
-¡H-Hey! ¿Qué te pasó? -dije algo desesperado.
Tampoco respondió nada la dama, y siguió llorando.
Me propuse a llevarla a mi departamento, para poder pararle el sangrado del pie de la dama.
Una vez llegando, le dije que se sentara un momento en el sillón. Fui por vendajes rápidamente. Pero no ella no había obedecido a las ordenes que le di.
-¡Que te sientes en el sillón! -grité algo fuerte.
Ella se sentó en el sofá, llorando aún. Ahí comencé a vendarle el pié, parándole poco a poco el sangrado.
Después de aquello, le dije que descanse un poco. Y se recostó en el sofá, con lágrimas en los ojos. Al poco tiempo se quedó totalmente dormida.
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El vestido roto
Misterio / SuspensoÉl no sabía lo que le esperaba. Y lo tomó por sorpresa...