➳ e p i l o g u e

tres;

Comencé a caminar hacia el cuarto en donde Evy se encontraba. Le decía así sólo para molestarla y vaya que lo hacía.

Estar aquí me hacía mal, todos los recuerdos y lo que habíamos vivido me llenaban la cabeza y me jodían uno por uno.

El que más me afectó y hizo que detuviera mi caminata fue el de hace dos semanas.

Sentí cómo aquello se apoderaba de mi ,sólo sé que mis piernas flaquearon y acabé en el suelo.

-¿Te quedarás conmigo siempre?- Escuché su voz, sus labios fueron a dar a mi oído en el cual susurraba aquellas palabras. Su voz se me hacía lejana,como un sueño.. desperté y su rostro fue lo primero que vi. No fue un sueño,era real, ella estaba conmigo.

-¿Te quedarás,Clay?- Repitió, trazando líneas inexistentes en mi torso desnudo. Le miré a los ojos y no dudé en regalarle una pequeña sonrisa.

-Eso es más que obvio, pero.. ¿por qué no hacerlo oficial? Que me quedaré contigo.- Murmuré, enredando su cabello en mis dedos para jugar con él. Evy frunció el ceño y se le escapó una sonrisa.

Vaya que me encantaba esa mujer.

-No me digas que..- Se quedó callada y yo me eché a reír.

-No Evy, no.. no nos casaremos aún.- Ella hizo un puchero, cosa que hizo que se me escapara una risa, me miró seriamente y golpeó mi hombro.- Y es que no me lo tomes a mal. Eres muy joven y somos lo demasiado inmaduros como para dar un paso más a esto.- Comenté, esperando que aquello no le tomara por sorpresa y mucho menos que se enojara por haberla llamado inmadura. -¿Qué te parece si vivimos juntos? - Y al decir esto ella sólo se abalanzó a mi y besó mis labios,tomándome por sorpresa.

Mi cabeza me dolía y al parecer había derramado algunas lágrimas, lo sabía por que mi rostro se sentía húmedo. Estaba algo avergonzado puesto a que estaba yo, de rodillas en el pasillo del hospital y quizás la gente comenzaría a hablar... no es que me importara.

No sé de donde me salieron las fuerzas y logré levantarme del suelo, volviendo a caminar hacia el cuarto en el cuál ella se encontraba.

Solo habían pasado unas cuantas horas y ya deseaba salir. 

Los hospitales son un asco, y más sabiendo que el amor de tu vida está ahí, luchando por sobrevivir.