5.

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Hacía ya una semana que Mangel no le dirigía la palabra a Rubén, y eso le ponía muy triste.

Para Rubén, Mangel era como su vida, su razón por estar feliz todos los días, si a él pasaba algo malo, nunca se lo perdonaría.

Rubén comenzaba a sentirse muy mal, no pensó que Mangel se enojaria de esa manera, sus peleas tardaban horas, o almenos pocos días, pero no una semana.

Rubén empezó a cortarse, tomó un vicio de hace muchos años, cuando era un preadolescente y se burlaban de que no podía hablar bien.

-R-Rubén.- Mangel tocó la puerta de la habitación del castaño.

-¿Si?- preguntó.

-¿Podemos hablar?- suspiró.

-Vale, ven.- se tumbó en la cama dejándole un espacio.

Danonino's adicted ✧RubelangelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora