F I V E

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¿E...escuché bien?

¿Ross dijo...?

No, no puede ser posible.

Estaba en shock tratando de asimilar las palabras que había dicho.

--¿Laura?--inquirió el rubio pasando una mano por mi rostro sacandome de la ensoñación en la que me encontraba.

--¿Qué acabas de decir?--pregunté.

--Dije que quiero hacer el amor contigo.

--¿Qué?--lo empujé sacandolo de encima mío y me bajé la polera que Ross había comenzado a subir.

--Pero..¿Qué te pasa?--añadí--Tu y yo... no.

NO NO NO, me repetí mentalmente.

--¿Por qué no? Nos amamos y no tiene nada de malo.

--Pero sabes muy bien que yo...yo soy virgen--susurré bajando la mirada hacia mis manos--no puedo hacerlo.

--Vamos bebé, sabes que no voy a hacerte daño--levantó mi mentón para poder verlo a los ojos.

Me conocía perfectamente y si veía sus ojos color miel iba a caer así que corrí mi mirada a su mentón.

--Bebé--susurró obligandome a mirarlo--¿es que acaso no me amas?

--¡Por supuesto que lo hago!--respondí rapidamente y sin dudar un segundo.

--¿Entonces cuál es el problema?--inquirió con una ceja levantada.

Tenía razón, ambos nos amabamos e ibamos a estar juntos siempre, entonces... ¿por qué no?

--Tienes razón.

--Esa es mi chica--volvió a besarme y me levantó del suelo, por instinto rodee mis piernas en su cintura.

Comenzó a caminar hacia las escaleras para subir a mi cuarto.

En el penultimo peldaño casi nos caemos lo que hizo que soltara una risita.

--¿Tan pesada soy?--pregunté.

--Para nada bebé, solo estaba distraído pensando en lo hermosa que te debes ver desnuda.

Enrojecí como un tomate y ahora él se reía de mí.

Llegamos a mi habitación y abrió la puerta, una vez adentro con su pie la volvió a cerrar y me miró fijamente.

Comenzó a besarme nuevamente hasta que llegamos a la cama y me recostó suavemente en ella, subió encima mio sin aplastarme del todo y dejo suaves besos humedos en mi cuello.

Mis manos fueron a sus hombros donde lo sujeté fuertemente tratanto de evitar que los gemidos salieran de mis labios, pero era imposible, Ross tocaba mi cuerpo y sentía mi piel arder.

Agarró el dobladillo de mi polera y me la levantó nuevamente, esta vez no se lo impedí.

Oh Dios, lo iba a hacer.

Iba a entregarle mi virginidad a la persona que más amo en este mundo, después de mi familia obviamente.

Agarró tambien el dobladillo de mi camiseta amarilla y también me la sacó dejándome en sostén delante de él.

Una ola de calor me invadió de nuevo y no pude evitar sonrojarme al observar como me miraba Ross.

Amor, deseo, lujuria se podía mirar en los ojos del rubio.

Comenzó a besar mis pechos aún cubiertos.

--Eres...--plantó un beso--tan...--otro beso--hermosa...

Wildest Dreams || Raura ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora