De mal en peor

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Al llegar a casa tomé el teléfono y llamé a todas mis amigas.

-¿esto es verdad?- preguntó Guadalupe confundida.

-no te creo- dijo Catalina.

- yo vi la carta- dijo Mary.

- sí, así es- les aseguré a todas- bueno ya me voy a arreglar-.

- que te bese- dijeron toda en coro y rieron.

Luego de bañarme, tomé mi mejor ropa, e veía preciosa, lucía unos vaqueros, una camisa verde y una cazadora negra que combina muy bien con mi cabello. Es lo único que tengo.

- te ves tan bella- dijo mi madre sorprendiéndome- excepto por esos cabellos azules de mierda-.

-Ma, gracias por el apoyo a mi imagen- dije con sarcasmo y algo irritada.

-¿A dónde vas?- preguntó mi madre- olvídalo, no tengo que meterme en tu vida y bla bla bla- movió su mano imitándome de una manera ridícula.

-gracias por comprenderme- tomé mi bolso, las llaves y un brillo labial- te quiero, no me esperes, llego tarde- le di un beso en la mejilla y salí por la puerta principal

Llegué al parque y me senté en una banca. Esperé alrededor de 20 minutos esperando y no llegaba

-joder, a lo mejor solo me ha hecho una mala broma- tomé mi bolso y me dispuse a irme.

-Cinzia ¿eres tú?- había una silueta masculina que se acercaba a mí.

-¿Mon?- pregunté pero no hubo respuesta, miré al cielo ya oscuro y acto seguido a mi reloj que marcaba las 7:30pm.

-oye Cinzia- me llamó la silueta, yo giré pero lo único que vi fue agua cayendo de mi cabeza, sentí frio, mucho frio y vergüenza.

-¿pero qué coño ha sucedido?- grité histérica y sacudiéndome para quitarme el agua, al levantar la vista vi muchos flashes de celulares y mucha gente.

-¿en serio creías que me gustabas?- era Mon con cara de victoria- mira azul, no me agradas ni un poco y obvio que no quiero nada contigo, vete a tu casa sanguijuela repugnante.

-cobarde, eres un cobarde- grité y salí corriendo y no sabía si lo que nublaba mi vista eran lagrimas o agua o ambas.

Tomé mi celular y llamé a Calvin- ¿bueno?- respondió y me sentí muy aliviada. Es como si escuchar su voz me reconfortara así no estuviera cerca.

-Calvin, soy yo, Cinzia- le dije animada.

-¿qué tienes?- preguntó- ¿estás llorando? ¿Necesitas ayuda? ¿Qué puedo hacer por ti?

-¿puedes recogerme?-pregunté con algo de esperanza- te necesito, estoy muy sola, estoy en el parque Penthallow, por favor- estuve a punto de llorar pero me contuve, fue muy difícil.

-claro, ya voy, no te preocupes, todo estará bien- su tono de voz era tan tranquilizador que me calmé un poco.

-no tardes- colgué el teléfono y me senté en un banco de madera frio, solo y para nada reconfortante.

Mi teléfono comenzó a sonar, era Calvin así que contesté lo más rápido que se me hizo posible

-¿bueno?- pregunté, al parecer me había quedado dormida en ese banco quien sabe cuánto tiempo.

-¿Dónde estás?- preguntó Calvin muy agitado.

- estoy frente a la plaza principal, ¿ya llegaste?

-aguarda un segundo... ya está, te he encontrado- colgó el teléfono porque estaba justo en frente mío.

-hola- me saludó y me dio un fuerte abrazo- ¿te encuentras bien? Me has preocupado mucho y ¿por qué estas mojada?- ya me había acostumbrado al agua y al frio.

-larga historia, te cuento en el camino, lo importante es que ya estás aquí y que con eso me tranquilizo, gracias por venir por mí-

-vale, está bien- tomé su mano y caminamos hacia el auto.


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