Eternos.

328 40 13
                                    

Durante el año 1947 un hombre nombrado Park ChanYeol, produjo su sueño pintado en papel. En su juventud llena de creatividad, tras graduarse de la universidad, plasma en hojas de un cuaderno secreto los planos para crear un ser robotico con capacidades humanas, que cumpliera el rol de un acompañante para aquellos cuales tengan un interés por este tipo de compañía.


Al ser un hombre gay, en aquellas épocas era poco probable encontrar una pareja y no ser juzgado, más un día pisa tierras de Tokyo un joven alto, atractivo, y de descendencia china, con el cual logra forjar una amistad donde ambos comparten la misma apreciación por los humanoides, además del deseo de la existencia de los mismos.


ChanYeol, con su apariencia dulce, cabello castaño, y un encantador hoyuelo en su mejilla logra conquistar el corazón del extranjero en el transcurso de dos meses de amistad, así como este desde su llegada había arrebatado el corazón de este. Comparten una amistad, que pronto se torna de un tono amor. De visitas particulares, pasan a visitas diarias, salir siempre los dos solos.


— ¿Y por qué sueles usar tu nombre americano más que el chino? — Cuestiona Yeol, dando luego un sorbo a su batido de chocolate sin apartar los ojos del alto atractivo.


— No me gusta que algunos no logren pronunciar bien el ''Wu Yi Fan'', y recurran a los diminutivos erróneos. — Su mentón reposa sobre su propia palma de la mano derecha, observando al chico que, prácticamente, casi iguala su tamaño.


— ¿Podré decirte YiFan?


— Podrás decirme como gustes.


Ambos sonríen para el otro.







Los roces de dedos al tiempo se convierten en agarres tan firmes que ambos seres parecen temer a que un tornado les aparte del otro en cualquier instante. Postres, desayunos, almuerzos, cenas, todas estas horas de comida son compartidas en un departamento de dos, hojas de papel son lienzos para almas creativas de la ciencia que dan rienda al futuro de una humanidad en conjunto con robots, algunas veces el lápiz es sujetado por dos manos de seres distintos.


— Oye, orejón, ¿Qué haces despierto a esta hora? — Espeta YiFan despeinando desesperado sus cabellos, un ojo abierto y otro cerrado demuestran que acaba de despertar. — Es tarde, suelta ese lápiz y ven a la cama.


— En un momento voy, YiFan. Casi termino algo.


— Te esperaré allá, ¿De acuerdo? No te desveles. Te doy 10 minutos como máximo, si no estás allá vendré a buscarte a la fuerza.


— ¡Já! — Yeol ríe tras su cuaderno, y luego le saca la lengua. — Iré, iré.







Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Sep 21, 2016 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

HumanoidDonde viven las historias. Descúbrelo ahora