Una vez más, el cálido y brillante sol aparecía en el cielo para cubrir con su apasionante luz un nuevo día en la vida de los estudiantes de la academia CHRONOS. Como era lo habitual, los residuos de dichos esplendorosos rayos se filtraban a través de las cristalinas ventanas de la cafetería del instituto.
Aunque no se le pudiera llamar de esa forma, los 4 estudiantes consideraban este ritual diario una tradición a la hora de comer, cada día repetían sus acciones armoniosamente sin ninguna interrupción. Akira, Bak, Tatsuki e Izumi se sentaban de una manera tan perfectamente sincronizada que parecía una rutina meticulosamente coordinada, pero no, simplemente era el modo en que hacían las cosas. Habiéndose sentado los 4, colocarían de manera delicada las cajas con sus almuerzos en la mesa, listos para musitar un colectivo "Itadakimasu" y proceder a atacar sus alimentos con fervor.
Ese día en especial las cosas habían cambiado ligeramente, puesto que al momento en que los 4 jóvenes abrieron las pequeñas cajas con sus tan preciados bentos dentro, 2 de las miradas se desviaron hasta fijarse en nada más y nada menos que Sou Izumi. De todas maneras, al estar frente a frente en la mesa con él, ni Bak, ni Akira prestaron la mínima atención a la sutileza que debieron haber tenido a la hora de contemplar al albino con tal hostilidad. Y aunque era claro que le incomodaba la conducta de sus dos colegas de grados inferiores, Izumi continuaba estoicamente introduciendo la comida en su boca de manera silenciosa, mientras que Tatsuki, quien se encontraba sentado junto a él, no tenía palabras para describir lo que estaba viendo y se preguntaba una y otra vez lo que sucedía frente a sus ojos.
"Tal vez sí debí ayudarlos a espiar a Izumi ayer.." Pensó el rubio, agobiado por la situación en que se encontraba. Y cuando espontáneamente dirigió su vista hacia su adorado conejo Constantine, pudo sentir como éste le proyectaba una mirada de desdén tan oscura que lo hizo volver a la realidad.
-Em, disculpen.- exclamó el rubio educadamente. -Exactamente, ¿qué está pasando aquí?-
-Nada.- respondieron el pelirrojo y el pelinegro al unísono, porque eso claramente no podía resultar sospechoso en lo absoluto.
El mayor los observó de manera escéptica, por lo que decidió volverse hacia el albino en busca de una respuesta con mayor validez.
-Lamento informarte que no tengo idea de qué se traen estos dos.- respondió Izumi certeramente, su expresión habitual presente en sus facciones sin irregularidad alguna.
Tatsuki suspiró, dándose por vencido.
-De acuerdo, no me gusta esto de no estar al tanto de lo que pasa.- exclamó Tatsuki, cruzando los brazos en frustración. -¿Qué tal si hacemos algo para que se dejen de tonterías?-
No estando seguros de lo que el rubio quería decir con eso, Bak y Akira cesaron momentáneamente su constante vigilancia de Izumi, y voltearon en dirección a su senpai, denotando una curiosa mezcla de confusión e interés en sus rostros.
-Podríamos reunirnos todos después de clases.- sugirió el rubio con una sonrisa abriéndose paso lentamente en sus mejillas.
-Oh, ¡suena bien!- dijo Bak con algo de emoción sobresaliendo en su voz. -Pero, ¿en casa de quién?-
-Puede ser en mi casa, no han venido en un buen tiempo.- declaró Akira, levantando ligeramente su mano derecha.
-¿Alguna objeción, Izumi?- preguntó Tatsuki, este negó con la cabeza. -¡Entonces está decidido!-
-Pero.- dijo Bak.
-¿Pero qué?- preguntó Akira.
-Si jugamos Smash, yo quiero ser Rosalina.-
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Daisuki, Sensei! (Fanfiction KenSou)
FanfictionCon el paso del tiempo los sentimientos romanticos de Izumi por Kento se han vuelto tan notables, que aun a riesgo de despertar su ira Akira, Bak y Tatsuki han decidido ayudarlo a que se confiese sin que este se de cuenta.