En nuestra vida hay etapas que han sido muy dolorosas, recuerdos pasados que no se van de nuestras vidas, heridas que aún no sanan porque seguimos pensando en el ayer... y eso nos nos deja avanzar.
La mejor manera de superar el dolor del pasado no es tratando de olvidar, estar a punta de llantos y mala vida, sino al contrario... es mejor saber enfrentar lo que causó tanto desastre en nuestras vidas.
Preguntarte en tu interior, ¿hasta cuándo seguiré aferrándome a eso? ¿Hasta cuándo quiero sufrir por algo que me sucedió en el pasado?
Una vez te enfrentes a esas preguntas es hora de soltar las amarras del pasado, desecha esas vivencias, perdona el daño que te causaron; sólo así podrás seguir con tu vida hacia adelante, experimenta la hermosa sensación de sentirte libre, respirar hondo, saber que eres una persona llena de energía, que tienes libertad para llorar para reír.
Despréndete de todo lo que te ata al dolor.
Poner punto final es tu decisión, ya no necesitas seguir persiguiendo las sombras del pasado, es hora de vivir el hoy.
- Ser feliz debería ser una de tus prioridades -
El ayer te dio la experiencia para lo que vives hoy y que te servirá para que tengas un futuro mucho mejor.
Respira, siente que tienes toda la vida para volver a sonreír, para que esas lágrimas que un día derramaste te sirvan para dar lecciones de amor a los que te rodean, debes perdonar el pasado que fue inclemente para que puedas vivir un próspero futuro.
Se siempre luz para los que te rodean, ten siempre la palabras adecuadas para quien las necesite y que todas tus experiencias sirvan a otros como guía. Bien sabido es que nadie puede vivir tus experiencias o ponerle atajos a las cosa malas, pero sin lugar a dudas que les ayudará a tener una mejor vida.
Piensa que todo lo que vivimos en esta vida tiene un porqué, quizás esa etapa dura que te tocó vivir no era tu futuro, quizás lo mejor está por llegar...
No te aferres a los recuerdos,
mejor míralos con buena cara reconociendo que te han servido
para ser la gran persona que eres ahora.
Tienes la capacidad de reinventarte muchas veces, y de liberarte de lo malo guardando lo bueno, hazlo.
Deja que el perdón entre en tu vida, agradece al pasado por lo malo, pues eso te servirá para mirar hacia adelante con pasos seguros sabiendo que no volverás a caer en picada.
Puesto que he aprendido a quererme tal como soy,
a perdonar y hasta olvidar lo que me dañó,
ahora soy libre.
Soy feliz.
Lo único que podemos hacer por los que nos dañaron es perdonables y dejar que sean quienes son, saber que su verdad está dentro de ellos, y que sólo cambiarán cuando quieran hacerlo.
Ya nadie nos puede dañar, lo hemos superado,
ahora sólo necesitamos ser felices...