Como antes mencione siempre fui bueno pero no comprendo la falta de coherencia de los maestros; me llamaban raro sólo por no hablar, y cuando hablaba con los demás se enojaban y me decían que me callara, algunas veces llegaban al borde de golpearme con una regla.
La razón por la que no continúe mis estudios fue por una broma que realizamos mi amigo a Jesús y yo a un compañero llamado Ernan: la broma consistía en que lo encerraríamos en el cuarto del conserje y no darle de comer ni beber...
Todo iba muy bien hasta que el tonto de mi amigo dijo que lo teníamos "secuestrado", esa es la razón por la que me encerraron en la" Correccional de Menores" mientras que a mi amigo no.
Por eso juró que algún día me vengaré de la tradición de ese maldito
el cual arruinó mi maldita vida la cual nunca podré recuperar.