Acomodé mi vestido mientras esperaba a que entrara la novia. No iba como dama de honor, solo como invitada, pero siendo la novia del hermano del novio hacía que estuviera en la mira de los invitados del novio. Piero no me dejaba despegarme de su lado, diciendo que "estaba nervioso y necesitaba que estuviera a su lado."
"Porque estás tan nervioso?" Le pregunté mientras jugaba con mis dedos.
"Porque es mi hermano, el hermano con el que peleaba todos los días, y ahora está a punto de casarse..." Me dijo en una voz no muy fuerte para que nadie lo escuchara.
"Piero, ya va a entrar la novia." Le dijo Eleonora, su madre, para que él se fuera a su puesto junto a Francesco y yo al mío, justo frente a él.
"...Además hay fans afuera. Y si tiro los anillos? O fallo mientras digo el discurso en la recep-." Lo interrumpí con un pequeño beso, y sus mejillas se tornaron rojas.
"Lo vas a hacer bien." Le sonreí rápidamente y me senté en la segunda fila de la iglesia.
La ceremonia fue hermosa, Piero no me quitaba la vista de encima, y yo tampoco podía hacerlo. Se veía feliz, había un brillo en sus ojos que nunca supe porque estaba ahí. Y durante los 45 minutos de ceremonia solo pude preguntarme una cosa: ¿Así sería nuestra boda?
Durante la recepción Piero y yo no nos separamos ni un segundo. Era un hermoso jardín, con un enorme lago hasta el fondo, la ligera nieve hacía que el clima estuviera frío, de ese frío en el que necesitas que alguien esté alrededor tuyo siempre. Los brazos de Piero se encontraban alrededor de mi cintura, rodeándome por la espalda, y nos movíamos al ritmo de la música. "Te vez feliz hoy, más de lo normal." Le dije de repente.
"Estoy feliz." Podía escuchar la sonrisa. "Por Francesco, y porque estás aquí. Volaste desde lejos para estar aquí hoy." Besó tiernamente mi mejilla, su nariz estaba muy fría y me hizo reír.
"Francesco estaba emocionado cuando me invitó, y es un gran día para él, no podía negar la invitación."
"Piero!" Lo saludó una mujer, con una gran sonrisa. "Mira que grande y guapo estás!" Dijo la señora que le llegaba a la altura del hombro.
"Hace mucho que no te veía, Tía!" Le dijo Piero emocionado, dándole un gran abrazo, mientras yo solo admiraba la escena frente a mi. "Oh! Ella es Danielle, es mi novia." Me presentó, acercándome a él por la cintura.
"Es un placer conocerla." Le dije con una pequeña sonrisa.
"Que linda pareja hacen." Dijo la tía viéndonos, y estoy segura de que Piero se sonrojó al igual que yo. "Los dos tienen suerte. Estaba viéndolos desde la entrada, y pensé: eso es amor." Nos dijo aún sin quitar la sonrisa. "Bueno, tengo que ir a felicitar a tu hermano." Le dio una pequeña palmada en el hombro y se fue.
"Me agrada tu familia." Le comenté.
"Solamente porque todos dicen que somos una linda pareja." Tomó mi mano y me hizo girar, justo cuando la canción terminó y los invitados empezaron a aplaudir al grupo que tocaba. "Te vez hermosa."
"Tú no te vez nada mal." Le dije sonriendo. "En algún momento de la noche vas a bailar conmigo?" Le pregunté mientras caminábamos mano con mano hacia nuestra mesa, ya iban a servir la comida.
"Tal vez." Sonrió mientras jalaba la silla para que pudiera sentarme.
Partieron el pastel, y mientras lo comíamos Piero dijo unas palabras hermosas a Francesco y a la novia. Todos tenían lágrimas en los ojos, incluso yo, e incluso él. Tuvo que limpiarlas cuando se sentó de nuevo, y nos reímos el uno del otro al ver nuestros ojos llorosos. Unos minutos después de eso Piero desapareció de la fiesta, solo para encontrarlo en el escenario preparándose para cantar durante el primer baile de los novios. Fue uno de esos momentos en el que no sabía a quien mirar, si a los recién casados bailando o a mi novio cantando. Que mal que no podría cantar en nuestra boda, pensé. En eso vi a Piero mirándome fijamente durante la canción decidí mirarlo a él. "Podrían continuar con la canción?" Le dijo a la cantante del grupo y él se bajó del escenario, y corrió a mi. "Quieres bailar ahora?" Preguntó extendiendo su mano, la cual tomé feliz. Además de los novios, Piero y yo eramos la única pareja en la pista. Los invitados aplaudieron cuando nos vieron, y Piero aprovechó el momento para lucirse y hacerme girar, para después inclinarme. Todos rieron.
"Porque hiciste eso?" Le pregunté riendo, mientras nos movíamos al ritmo de la música.
"Porque no?" Preguntó él. De nuevo besó mi mejilla, y su nariz seguía fría, y reí. "Porque te ríes?"
"Tu nariz está fría." Dije aguantando la risa.
"También la tuya." Me dijo él dándome un pequeño beso en la punta de la nariz. Terminó la canción y hasta entonces vi que había mas parejas en la pista. ¿Cuándo habían llegado? "Oye... Ehmm... hay algo que quiero decirte."
"Dime." Respondí. Tomó mi mano y nos empezamos a alejar de la fiesta. Llegamos a un sitio del mismo jardín más alejado. El Sol se empezaba a poner en el lago, causando que el agua se viera de color naranja. "Que querías decirme?" Pregunté al notar su nerviosismo.
"Quería decirte que..." Suspiró. "Que esta mañana, cuando estaba ayudando a Francesco a arreglarse, pensé en como se estaría sintiendo en ese momento. De hecho le pregunté, pero no supo responderme. Solo me dijo '¿Cómo te sentirías si hoy te casaras con Danielle?'." Levantó la mirada, del suelo a mis ojos.
"Y cómo te sentirías?" Pregunté, teniendo una idea de la respuesta en mi cabeza.
"Me sentiría el hombre más feliz del universo." Dijo con una pequeña sonrisa. "Por eso quería darte esto..." metió una mano a su saco y buscaba algo. "Pensé en dártelo hace unos meses, cuando aceptaste venir a la boda." Finalmente lo encontró. Una pequeña caja de terciopelo negro, y al abrirla me sorprendió ver un anillo con una pequeña piedra.
"Piero... qué es esto?" Pregunté sorprendida. No podía ser un anillo de compromiso, no mientras el tiene 21 y yo 20. Rió un poco.
"Tranquila, no es un anillo de compromiso." Dijo haciendo una pequeña caricia a mi mejilla, que seguramente se había tornado blanca. "Es un anillo de promesa." Lo deslizó por mi dedo, y dejó sus manos alrededor de las mías. "Porque prometo que siempre que me necesites, siempre voy a estar para ti. Y prometo que siempre voy a serte fiel, aunque estemos a millones de kilómetros de distancia." Sentí lágrimas formarse en mis ojos, Piero lo notó y siguió hablando. "Lo prometo, hasta que los dos tengamos que hacernos nuevas promesas el uno al otro." Rodeé su cuello con mis brazos y lo besé. Sentí sus manos en mi cintura acercándome más a él.
"Te amo Piero." Le dije cuando nos separamos.
"También te amo Danielle." Limpió mis lágrimas, y me besó de nuevo. "Deberíamos de regresar a la fiesta." Asentí con la cabeza y me dejé llevar mientras yo me quedé en mis pensamientos, respondiendo a mi pregunta anterior.
¿Así sería nuestra boda? La respuesta era NO. Nuestra boda va a ser igual de hermosa que ésta, pero de diferente forma. Una boda en la que tal vez alguien más le haga una promesa a su pareja, una boda en la que las tías admiren a otra pareja, porque la pareja que admiraban antes ahora están celebrando su matrimonio. Sería una boda hermosa, una boda perfecta.
"Danielle!" Me llamó la atención Piero, sacándome de mis pensamientos. "En que pensabas?"
"En nuestra boda." Dije abiertamente, y Piero se acercó a mí y me dio otro beso.
Fin