Una vez más... Alfa te amoadoro.
A pesar de que durante la última batalla Voldemort había sido destruido; Harry también había muerto, horas antes de morir, había dado testimonio de las verdaderas lealtades de Severus Snape; pero las secuelas de la maldición y las heridas recibidas en batalla fueron demasiado para él.
Esa noche, también hubo otra víctima; Hermione Granger. Nunca nadie supo que pasó con ella, al menos la gente de su bando jamás lo supo. Había regresado hasta la Casa de los Gritos a auxiliar a un herido Severus, sin decirle a nadie; cuando un grupo de mortífagos la acorraló. Había logrado que el un elfo doméstico trasladara el cuerpo convaleciente del Director hasta san Mungo; y se preparaba para reintegrarse a la batalla, pero ya no pudo salir nunca más.
Lo que pasó esa noche fue una pesadilla para la leona, quien luego de horas continuas de abusos inimaginables y de todas las torturas habidas y por haber tanto mágicas como muggles, decidió que algunas veces la magia oscura debe combatirse con más oscuridad; sus torturadores la habían abandonado creyéndola muerta, pero no lo estaba, lo peor es que los había reconocido a todos: Los Malfoy padre e hijo, Theo Nott, los Lestrange, Zabini, y alguien que no sabía estaba en las filas del mal: Ronald Wesley. Casi inconsiente hizo una peligrosa invocación llamando a Lamia, la diosa-demonio patrona de los vampiros. Era un conjuro antiguo y complicado, pero con sus últimas fuerzas lo hizo.
Severus... nunca nadie supo cuánto se amaron a espaldas de todo el mundo... él le había enseñado tanto, entre eso la magia oscura y demoníaca que le permitiría salvarse, y en ese último momento antes que apareciera la criatura a la que serviría a cambio de su vida, pensó en él y en cuánto lo amaba.
Lamia hizo acto de presencia, era una criatura hermosa de piel muy blanca, con cuerpo de mujer y cola de serpiente. Sanó sus heridas, y poco a poco sintió su cuerpo cambiar, sus heridas se cerraron pero su rabia siguió intacta en su corazón al igual que su amor por Severus. La criatura se la llevó de ahí. Pasó siete años al servicio del ser que le salvó la vida; pero su deseo de venganza era cada vez mayor; además extrañaba a su ex maestro.
Esa noche le ofreció a Lamia la vida de los hombres que la habían torturado; en respuesta, su ama le dio alas para volar y su consentimiento para volver, esto incluía, si él lo aceptaba, que al regresar podría llevar consigo al hombre que amaba. Esa misma noche, sobre Malfoy Manor se cernió la sombra de la muerte con figura de mujer, la otrora bruja más brillante de su generación cobró las vidas de los hombres Malfoy, extinguiendo su estirpe para siempre. Cuando los aurores llegaron, solamente encontraron a una llorosa y viuda Narcissa Malfoy; en una de las habitaciones superiores estaban los cuerpos de Draco y Lucius.
Habían sido destrozados y desfigurados, mostraban signos de tortura y aparentemente les habían extraído hasta la última gota de sangre. En la declaración de Narcissa se podía leer:
"Dormíamos, Draco había regresado temprano de visitar a su prometida, y nos habíamos retirado a descansar cuando un grito proveniente de la habitación de nuestro hijo nos despertó. Lucius y yo corrimos varita en mano, él logró entrar en la habitación, yo sólo pude ver un par de ojos amarillos y aterradores, enormes colmillos y una cabellera rizada, en una silueta de mujer con cola de serpiente y un par de inmensas alas negras. En ese momento la puerta se cerró, y por más hechizos y maldiciones que conjuré sobre ella, no se abrió hasta la mañana; solamente pude escuchar impotente los gritos de dolor y de terror de mi esposo e hijo... "
Noche a noche, aparecía una nueva víctima; cada una en un lugar distinto del país, cada una con señales de tortura distintas, como si el o los asesinos disfrutara en demasía de ver sufrir a sus víctimas.
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LAMIA
FanfictionSiete años después de la guerra, con el Señor Tenebroso y Harry Potter muertos. Severus Snape, nuevo jefe del Cuerpo de Aurores aún se pregunta por el paradero del amor de su vida Hermione Granger. Nunca se encontró su cuerpo ni rastros de ella, ha...