¿Yo? Metida en algo así, ¿para qué?.
Nada ni nadie me estaba obligando, pero me sentía con la necesidad de hacer algo. Pero al mismo tiempo era incapaz.
Incapaz de lograr cambiar su manera de pensar, necesitaba a alguien. No podía hacer esto sola... Entonces fue ahí cuando en el camino encontré a Daniel.
El Niño más sincero que pudo entrar a mi vida, me di cuenta que él podía ser la única persona que me ayudaría con esta gran carga.
Yo sabía que Daniel me entendería, que me mantendría de pie si en algún momento llegaba a tropezar con las caídas de Victoria.