Luke a la noche estaba en sus propias dudas no sabia bien si ir a disculparse o no, quizás su tonto orgullo le hacia creer en estupideces que le afectarían a largo plazo, pero por nada del mundo quería que Ethan le odiara. A diferencia, quería que el asiático no le mirara mal con el unico buen ojo que le quedaba, quería un «hola» dicho con cariño. No una mirada fría de su parte y a Di Angelo observándolo como si fuera un pecador, porque aún cuando lo era... no quería sentirse culpable por estupideces que había hecho de niño.
Finalmente Luke se decidió por disculparse, lo citó después de clases en el salón al verlo en la mañana siguente en la escuela. Al verlo allí el corazón se le volcó, sonrió como tonto al principio pero ante la negatividad de quien debía ser su mejor amigo bajó sus ánimos.
—Ethan, lo siento—comenzó Luke. Ethan lo miró ceñudo, amargando su cara un momento—... me he dejado mi orgullo tonto de lado ¿vale? Estoy tratando, sabes que no soy bueno disculpandome.
—...Luke, no estoy tan enojado como piensas. Solamente me enfureció que... ugh, me vieras aún como el “pequeño Ethan” de hace años. Me volví diferente por ti y tu lo sabes mas que nadie.
Las manos del rubio sudaban, se las pasó por sus vaqueros y subió su cabeza tratando de buscar en lo que tenía de cerebro una respuesta adecuada. Sabia que eso era un tema delicado, que a ninguno le gustaba hablar sobre ello y que muchas cosas pasaron por lo mismo. Muchos cambios, su cicatriz y la perdida del ojo izquierdo del azabache. Infló su pecho conteniendo un suspiro—corta ese tema, no es bueno hablarlo aquí. Pero, bueno, sí, fui tonto... pero tengo miedo que te pase algo por culpa de Nico, el tipo sera agradable a la distancia, pero mientras mas lo conoces peor es.En aquel momento Ethan hizo algo que le sorprendió a Luke, se le acercó unos pasos y se sentó encima de un pupitre—Entiendo, pero dejalo en mis manos. Juro que no soy tan idiota como parezco.
—Vale, vale ¿arreglado?—dijo Luke sonriendole y sentandose a su lado, entregandole una mano en señal de paz. Ethan la recibió entre la suya y como si fuera un trato las balancearon hacía arriba y abajo.Lo curioso es que a la vez que el del parche había dejado la mano de Luke el rubio la buscó, tomando la del azabache entre la suya. Ambos tenían un leve rubor en las mejillas y Ethan la dejó allí, mirando nervioso a los lados como esperando que Nico saliera entre las sombras desde la nada misma. Luke, por su lado, observaba a Ethan un poco tímido aún con una sonrisa avergonzada abriendose en sus labios.
Suspiro.
Le gustaba la sensación de tenerlo a su lado, de que estaban en paz nuevamente. Cargó su cabeza en el hombro de Ethan y cerró sus ojos. Sumiéndose en un estado de sopor pero aún estaba medio-despierto. Nakamura sonrió y lo observo, rodeó su espalda con uno de sus brazos, acariciando su pelo con ternura. Luke ronroneaba mientras estaba medio dormido, era una de las tantas cosas que le encantaba de él.
...probablemente, para Ethan, hace un tiempo había sido el chico de sus sueños. Si solo no fuera porque eran amigos, mejores amigos. Tenía miedo de arruinar todo... ¡pero dejó todo eso atras! Estaba feliz con Nico, se sentía bien a su lado. Aún así habían contras: No era como estar con Luke, Di Angelo le escondía un total 90% de su vida y se sentía como una basura por lo mismo, creía que... que tal vez Nico estaba dependiendo en él, buscando un pilar y probandolo por si era lo suficiente fuerte emocionalmente como para aguantar sus problemas. Y Ethan sabía mas que todos que no lo era. Él tenía miedo de todos, aparentaba ser un chico fuerte pero cuando debía ver con sus sentimientos, todo lo que ha escondido en una pila de memorias desgastadas no podía hacer mas que ponerse sensible.
Y si sabía que Nico había sufrido tanto a sus espaldas sin contarle a nadie se sentiria peor. En su relación no había confianza. Era un novio horrible. Era una mala relación.
Ethan observó por un momento a Luke, confundido. Cerró su párpado y estiró sus labios, se dobló poco a poco, acercando su rostro al de Luke. A centímetros de sus labios desistió. Negó con su cabeza y abrió su ojo un poco. No podía hacerle eso a Nico, estaba siendo un verdadero traidor a su confianza.
Allí sintió unas manos en su rostro y abrió su ojo en grande. Luke le sonreía aún medio-dormido, le acarició su mejilla y pasó un mechón de pelo tras su oreja. El azabache apretó sus labios y lamió el inferior aún algo nervioso, pero a lo que trataba de evitar los brillantes ojos azules de Luke, Ethan sintió sus labios unirse con los de él. Se ruborizó aún mas, pero no se detuvo.
No lo hizo.
Y se sintió tan bien hacer lo incorrecto. Pero no era justo, no era justo para Nico y debía cortar todo en aquel momento. Observó a Luke y se separó, aún con su rostro rojo y nervioso trató de evitar los orbes del rubio. Pero eran hechizantes, profundos, se quería hundir en ellos y no lo pudo dejar ir. Las manos de Luke subieron y lo despeino, mostrandole una sonrisa lasciva. Ethan cerró su ojo, miró a otro lado bajando su cabeza.
—Sabes lo que estas haciendo.—murmuró Ethan.
—¿Qué estas diciendo? Solo te hice un favor, Ethan, si no lo completas tu, lo haré yo.
—...estas siendo un hijo de puta, Luke.Había un tono de profundo miedo en la voz de Ethan, pero no estaba enojado. Estaba avergonzado, asustado, se tenía asco a si mismo por lo que había hecho. Pero no se alejó de Luke, no lo hizo en lo mas mínimo.
No sabía si estaba siendo manipulado, no sabía si Luke estaba haciendo otros de sus sucios trucos con él pero no queria alejarse, quería otro beso. Quería una caricia. Quería palabras de afecto, y aún cuando Nico se las daba no sonaban sinceras. No sonaban como las de Luke... no sonaban bien.
Nico parecia forzado a quererle.
«Maldición, Ethan. Nico no es un error, repitelo. No es un error. Él nunca haría algo así.. él... él se merece alguien mejor que tú, Nakamura», pensó el azabache a la vez que levantaba su cabeza observando al chico de la cicatriz. Sus ojos le embrujaron de nuevo, y esta vez el mismo azabache le dio un suave beso en los labios. Sonrió ante el final de este, tomando ambas de las manos del rubio, el otro las apretó entre las suyas.
«Eres una mierda, Nakamura. Tu madre tiene toda la razón de tratarte como lo hace. Siquiera te puedes controlar», la voz en su cabeza nuevamente le interrumpió pero en aquel momento no significó nada. Otro beso fue entregado, y otro mas, varios hasta que escucharon pasos en el pasillo. Debían estar a poco de cerrar la escuela.
Luke se levantó de la mesa, Ethan lo siguió y le tomó de las manos.
Era terrible lo que estaba haciendo, estaba siendo un maldito egoista pero el calor que sentia a su lado, el modo que su corazón palpitaba a la vez que caminaba de la mano con Luke no era nada comparado como con Nico. Estaba sintiendo tantas cosas, y con el Rey de los Fantasmas se sentía a gusto, pero... pero no de la manera adecuada.
Tal vez, después de todo, quien era el error era él mismo. Ethan desde siempre fue un error.
Y junto a Luke se dio cuenta.