La Espada Del Cura

El Encuentro

hola a los suscriptores les habla yaruld y aqui vengo con una nueva historia y te propondré la misma oferta que mi anterior historia Jeff y Jane: entre luz y oscuridad y es que si esta historia llega a ser vista por 50 suscriptores yo are una caricatura, bueno que disfrutes de la historia jajajaja felices pesadillas se despide yaruld (sleep will my friends)

Era ya de mañana y salí a rezar a nuestro señor para darle gracias por otro día de alegría y felicidad para las personas de este pueblo cuando estaba por entrar a la iglesia vi en la cerradura sangre corrí hacia la iglesia cuando encontré huellas marcadas en el piso con sangre lo seguí por un largo rato y tras la última puerta las huellas llegaban a su fin entre en el cuarto y encontré a un hombre desangrándose por las heridas que le causaban un dolor horrible el tenia aspecto de inca una persona que en estos tiempos ya no existían y me susurraba

-(sálvame)

Lo cargue entre mis brazos lo lleve a la cama corrí a buscar a un médico y cuando el vino

-Me dijo que no podía entrar

En ese momento me puse en paz con dios y ore por el todo un día y al caer la mañana siguiente el doctor salió me dijo:

-que el necesitaría descansar y que no haga movimientos bruscos por más de 13 días

Lo cuide y un día abrió los ojos me miro y me dijo:

-Porque me has salvado

-Porque soy pescador de hombres buen señor cuénteme que lo a traído por esta iglesia cuando lo encontré estabas ya en paz con dios

-ja ja ja de dónde vengo es de la misma muerte

Era ya se una vez en un lugar del cual uno ya no quiere acordarse vivía un pequeño inca que con sus amigos bailaban para la guerra contra el hombre blanco una guerra que desde ya hace mucho tiempo comenzó desde que el hombre blanco abusivo como una serpiente robaba tierras que no le pertenecían profanaban los santuarios y templos de nuestros ancestros certero y traicionero como una serpiente quienes creían que todo sería suyo y suyo es, se alzaron hacia el mis hermanos y yo vimos al hombre blanco montando sobre inmensos siervos sin cornamento vestidos con una armadura de hierro casi impenetrable ante nuestras flechas nuestros padres encomendaron

-no los valles a dejar solos Cuyec cuídalos mi niño

- lo are mamá

-los amo mis niños

A Cuyec mi hermano mayor que me llevaran a mi Kayill y mi hermano menor Hucey que nos llevaran lo más lejos posible de estas tierras yo vi a mi padre caer rendido por las armas a mi madre en una lluvia de balas cuando volvimos a nuestro hogar vimos la crueldad de los hombres blancos no podíamos contener las lágrimas lloramos hasta no poder más a lo lejos dicen que se pudieron escuchar nuestros gritos el taita se enojó y mando al jirca señor de las montañas con un regalo para cada uno de nosotros para así poder pagar la venganza que el hombre blanco nos habría provocado a Cuyec le dio una espada forjada de hierro y la empuñadura estaba decorada con huesos humanos tenía una inscripción q decía (mi vida es la sangre) a mí me dio un arco que en los extremos habían cráneos humanos sus flechas eran de fuego y hielo ilimitadas que podían atravesar cualquier armadura y a mi hermano menor Hucey le dio dos hachas que median un metro con la capacidad de cortar lo quesea el jirca nos dijo:

-cumpla su juramento y venguen a nuestros caídos

-somos uno y uno vencerá al hombre blanco si uno cae otro lo venga

Habiendo dicho esto el jirca se retiró pero sin antes darnos un regalo de parte del taita una armadura resistente a las balas armada de los huesos de los hombres blancos caídos yo y mis hermanos luchamos como nunca por veinticuatro largos años hasta que su llegada era la muerte misma en persona un mercenario enviado por el rey de España cual único objetivo era matarnos al parecer el rey de España ya estaba más que harto con nuestra presencia por eso lo mando aquí y no vino solo llego con una arma que nunca antes aviamos visto era un se parecía a un rifle de hierro pero enorme su aspecto era temible si las armas cuando se disparaban parecían rayos y esta arma cuando disparaba parecían un temblor. Mis espías le arrebataron el arma cuando dormían lo llevaron a nuestro cuartel cuando lo trajeron creímos avernos librado de un gran peso de encima pero los milagros no existen en estos tiempos porque a la mañana siguiente nos enteramos de la caída de un pueblo de nuestro bando y cuando fuimos encontramos a unos sobrevivientes que nos contaron de rifles enormes como los que aviamos visto entonces vino un mensajero agitado corriendo hacia nosotros gritando