Parte 1

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Hola~

Esta historia participó en un concurso... que perdí. Pero bueno, aquí en Wattpad hay sitio para todos así que espero que os guste y que paséis un buen rato leyéndola.

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En cuestión de segundos había quedado empapado. Y en mucho menos tiempo, lo más desconcertado que había estado en mi vida. Tanto que se me olvidó que, si no me refugiaba de la lluvia, seguiría mojándome.

La noche era oscura y la densa caída del agua apenas me permitía ver. Me refugié bajo una cornisa, junto a la escasa iluminación de una farola. No tenía ni idea de dónde estaba o de cómo había llegado allí. De hecho, hacía unos segundos estaba en la biblioteca y era pleno día... Sin saber qué hacer o dónde ir, empecé a andar sin dirección.


Conforme caminaba me iba sumiendo en un ambiente de lo más extraño, absurdo e inquietantemente surreal. Las calles estaban desiertas, ocupadas únicamente por el sonido de la intensísima lluvia. Pero lo que me ponía los pelos de punta era el aspecto mismo de la ciudad, toda llena de casas y edificios con los aspectos más estrambóticos.

Bloques de pisos en los que no había ni una ventana recta o en su sitio; edificios con forma de animales exóticos; casas...del revés, como cuando le das la vuelta a un calcetín, con la decoración interior fuera, muebles incluidos, pegados a las paredes en lugares a los que ni se podía alcanzar. Y todo tipo de construcciones propias de una competición al más raro.

Tampoco olvidemos la distribución de las calles. Creo que por el mero hecho de estar quieto, ya estaba perdido pues tenía la impresión de que cada vez que volvía una esquina, las calles cambiaban de orden a otro si cabía aún menos lógico que el anterior. Empecé a pensar que ya ni siquiera estaba en mi mundo y una ligera sospecha sobre el dónde me encontraba comenzó a tomar forma.


Después de un rato sin encontrar más que agua cayendo del cielo, aparecí (literalmente) en una plaza... ¿octogonal? La verdad, no conté los lados pero desde luego cuatro no tenía. Puesto que ya estaba empapado hasta los huesos, seguí caminando a pesar de que la cornisa bajo la que estaba se había acabado y entonces, desde el otro lado de la plaza, entraron dos personas apiñadas bajo un paraguas. Me oculté tras unos macetones.

- ¿Y por qué tenemos que buscarlo nosotros? El que va a salir es Jacob- Escuché decir a una voz

femenina.

- ¿Y yo qué sé? Nos ha tocado y punto. A mí lo que me preocupa es lo que tenemos que hacer

cuando lo encontremos. ¿Lo matamos o no?

Bajo el paraguas iban un hombre y una mujer. Ella, que era quien sostenía el paraguas, se paró en seco.

- ¿¡Pero que haces, Shira!? ¡Que me mojo!

- Que yo no lo mato. ¿¡Pero cómo voy a matar a un crío!?

- ¿Y cómo piensas salir de aquí sino? ¿¡Eh!? Ya no hay vuelta atrás, está aquí y hay que matarlo. No sé tú pero yo no pienso perder esta oportunidad. Y si Jacob no está por los alrededores puede que incluso tome su lugar. De todas formas, ¿Quién me va a parar cuando esté fuera de aquí?

- Eres un insensible, Leonardo.- Lloriqueó la mujer.- ¿De verdad podrías matar a sangre fría a un chico tan joven? ¿Y además siendo él?

El hombre no respondió. Se volvió a meter bajo el paraguas y la pareja continuó su trayecto ensilencio. Sus nombres y aspecto... no, eso era imposible. Ellos no eran más que...

La pareja terminó por cruzar la plaza sin percatarse de que estaba allí. Yo salí por otra calle distinta y cuando apenas había recorrido unos pasos me detuve abrúptamente al notar algo frío contra mi nuca y escuchar el sonido metálico de lo que supuse era un arma; me quedé más tieso que un árbol seco.

- Bienvenido a Aqueos, Kyo.- Escuché decir a mis espaldas.




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