Una Noche en Times Square

129 9 3
                                    

Viernes, 8:30pm

Jonathan

Odio que me haga esperarlo, desde que nos conocimos me hace lo mismo van treinta minutos y nada que llega, me siento patético sentado solo ¡oh no, ay viene la camarera otra vez!

- ¿Ya desea ordenar? - me dijo.

- No aun, estoy esperando. - le respondí mientras veía la puerta fijamente.

- Ok, avíseme cuando esté listo. - respondió mientras se alejaba.

Maldición Josh, ¿Dónde demonios estas? Y como si fuera arte de magia, vi cuando entro por la puerta. Vestía un pantalón de vestir negro y una camisa azul eléctrico se veía muy bien, me sentí jodidamente insignificante cuando vi que vestía un jean negro, y una playera versace y unas botas tipo militar. Demonios no me imagine que fuera a venir tan formal.

-Disculpa el retraso. -dijo mientras se sentaba. -Es que había un caso, que no he terminado de estudiar. - completo con un tono apenado.

-No, hay problema. - le sonreí. -Me alegra que si vinieras. - complete.

-Acaso, ¿pensaste que no vendría? - me dijo mientras subía una ceja.

-Eh no solo que... - Demonios este hombre me pone nervioso.

- ¿Qué? - Sonría burlonamente mientras me imitaba.

-Nada, deseas comer aquí venden unos tacos que dios son de muerte. - le dije mientras trataba de desviar mi miraba y llamaba a la mesera.

-Jajaja, como digas. - dijo mientras tomaba un sorbo de su agua.

La mesera se acerco y tomo nuestro pedido, unos tacos y unas cervezas que Joshua decidió pedir. No me moleste y solo me limite a sonreírle. Pasaba el tiempo y la mesa se sentía tan tensa e incómoda que yo mismo me arrepentí de haber pensado esta idea, pero había algo que me hacia quedarme ahí y era cada vez que veía la cara de Joshua. Me sentía tan tranquilo, seguimos así unos segundos así hasta que el decidió romper el silencio.

-Y ¿Has estado, aquí antes? - me pregunto.

-Sí, ¿y tú? - le dije mientras lo miraba fijamente, sabiendo de antemano la respuesta.

-Sí, pero ya hace mucho tiempo. - me respondió mientras sus ojos verdes se oscurecían.

-Yo igual, no he venido aquí desde hace tiempo seis años aproximadamente. - le dije mientras sonreía, ante el recuerdo.

-Espera, ¿seis años? Es casi el mismo tiempo que tengo yo. - me dijo mientras me miraba, como intentando comprender algo. Demonios lo arruine, se me salió la emoción.

-Mira, los tacos. - le respondí, mientras se acercaba la mesera y como le agradezco a dios que esa mesera llego justo en este momento, porque si no ya hubiera mandado a la mierda todo el plan.

Comimos en silencio, mientras él me contaba sobre el caso que estaba llevando, una joven que se había casado con un hombre de setenta y cinco años y misteriosamente él había muerto y todos arrojaban que ella era la principal culpable, ya que su esposo le había dejado una jugosa parte de su herencia. Mientras él hablaba solo podía ver su boca y pensar en cómo quería volverlo a besar, hasta que se dio cuenta de que no le quitaba la vista de encima.

-Te regalaría una foto, duraría más. - dijo mientras sonreía seductoramente.

-Ah, disculpa. - dije totalmente apenado.

-Tranquilo, no te cohíbas. - respondió mientras sonreía amablemente.

Seguimos hablando mas y mas, y aprovechaba para lanzar algunas cosas esperando que el reaccionara a las indirectas pero no. Joshua siempre fue malo para las indirectas y al parecer sigue siéndolo. Entre cervezas y chistes malos de su parte me fui sintiendo como años atrás, cuando Josh y yo recién empezábamos a salir estaba completamente feliz. Seguimos conversando y riendo un par de horas más hasta que vi una chica entrar por la puerta y desde hace seis años se distinguir su color de cabello rubio falso. Y le rece a los todos los dioses que no se acercaran y al parecer hoy no era mi día. La rubia falsa se acerco a nosotros con su estúpido vestido verde, y cartera Prada.

Un Destino...New York. (PAUSADO/EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora