ACALIS cuerpo en coma, mente en sueño©

Las Alas

-Bueno Chicos, como sabrán hoy...

¡Por fin! A llegado el día de tener nuestras alas, no puedo controlar la emoción, bueno, eso era lo que pensaba; Ángel se veía feliz...con su hermosa sonrisa y sus ojos tan.... Bueno, no quiero desviarme del tema de las alas... Me pregunto... ¿Como serán?

-Aun no nos han atacado, y e decidido que les daré sus alas antes del combate, cada uno trague una semilla de lágrima felina fermentada en agua sagrada.

Todos nos tragamos la semilla, aun no sentíamos ningún efecto raro, seguramente en la noche ocurriría algo.

Llegamos con Ángel a la cabaña, quise preparar algo para que comamos y sea un momento especial, Ángel no se sentía bien, así que fue a descansar un poco.

Tenía la mesa servida, solo faltaba Ángel. Mientras servía el jugo un llanto estremecedor me hizo reaccionar al instante.

-¿Ángel?

-¡Estela! Auch...

Corrí a ver que le pasaba, su camisa estaba llena de sangre y tenía dos cosas como huesos apuntando en su espalda.

-Ángel, tus alas...

Rápidamente le saqué su camisa, los dos nos sonrojamos.

-E-em no pienses nada pervertido, solo lo hice para ver tu espalda...

-Bu-bueno

Revisé la espalda de Ángel y pude ver esas cosas como huesos apuntando de su espalda, le habían roto la piel que se encontraba morada.

Ángel lloraba en silencio...

-No tengas miedo, yo te cuido.-Lo abracé.

Pasaron dos horas, estaba a punto de quedarme dormida y Ángel me despertó con un grito.

Sus alas por fin habían salido, eran muy blancas, brillaban de lo blancas que eran, también tenían un gran tamaño, pero estaban llenas de sangre; se las limpie mientras el dormía, se veía tan lindo durmien..... Etto.... A si... ¿y mis alas? ¿por que no han salido?

Al otro día todos estaban reunidos en la plaza central de Acalis mostrando sus hermosas alas blancas, y la única que no tenia alas era yo.

La rara para el final.

Teresa abrasaba mucho a Ángel, eso me provocó un poco de celo.... No me provocó nada, total, ellos son amigos nada más.

Se me acercó Nick.

-¿Nya? ¿y tus alas?

-Aún están dentro de mí

-Que raro...ya deberían haberte salido...

-Si... ¡ÁNGEL!

Mis alas, ¡por fin venían!, Ángel corrió hacia mi y me llevó cargada a la cabaña, me quería sacar a toda costa mi polera, pero claramente se lo impedí, fue entonces cuando aparecieron, mis alas.

-¿Como son Ángel?

-Estela...

-¿Ocurre algo malo?

-Tus alas...son... negras