Capítulo I

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Capítulo 1:

Era el día 54.787 cuando decidieron que Teo, junto con siete compañeros, sea trasladado a la zona norte de la ciudad. Hacía 54.787 días que el mundo había cambiado. Teo iba resignado a su destino mirando por la ventana del blanco micro, el blanco paisaje que generaban los blancos edificios, las blancas calles, el cielo con nubes blancas y el blanco río de La Plata. De esos 54.787 días Teo había vivido 6215, y nunca había visto lo que vio ese día.
A medida que avanzaban se escuchaban golpes "pum-pupum... pum-pupum ta" Por todos lados aparecieron hombres y mujeres vestidos de colores llamativos, y ropa rota y rara. El micro blanco en el que iban se detuvo de inmediato y el conductor y los hombres que estaban detrás vestidos de blanco, sacaron sus armas blancas. La gente rara sacó a los pasajeros del micro a pesar de su miedo y su resistencia. En la calle había más de ellos, con utensilios ruidosos y otros girando y saltando como si el piso quemara. Tenían una mirada desafiante y una sonrisa pegada en los labios. Cuando todos estuvieron fuera del micro comenzaron a correr, todos a la vez, eran como setenta personas raras, vistiendo ropa rara, que hacía cosas raras, corriendo por una calle blanca.
Teo no había hecho más de dos pasos siendo arrastrado por un hombre musculoso y raro, cuando empezó a escuchar las balas chocar contra el blanco asfalto. Corrió tan rápido como sus pies y sus pulmones le permitieron. La gente rara formó un escudo abrazándose en una línea y las balas rebotaban sobre sus espaldas. Cuando alguien moría a manos de los guardias rápidamente se abrazaban los dos de los costados haciendo caso omiso al cadáver que dejaban atrás.
La persecución terminó en un conglomerado de edificios blancos en los que el grupo se dividió, algunos fueron con una gente rara al primer edificio, otros al segundo, y otros al tercero. Allí Teo pudo observar a sus secuestradores, el chico que lo arrastraba era más grande que él tenía pelos en la cabeza, su ropa... Era raro... Había una chica, también rara, que hacía un esfuerzo por respirar que se reflejaba en el subir y bajar de su pecho. También tenía pelo en la cabeza, más largo, pero igual de desordenado.
- Les vamos a explicar todo cuando lleguemos al refugio. Si alguno quiere quedarse, puede hacerlo, tiene que esperar un rato para salir.
Teo miró al único chico "normal" que había ido con él en ese grupo. Estaba tan extrañado como él. No lo tranquilizó ni un poco. Afuera se escuchaban las balas chocar contra el cemento de los edificios. Teo lo sabía, quedarse era lo mismo que suicidarse.
Cuando los secuestradores comenzaron a correr, él los siguió, al igual que el otro chico. Fueron a la calle, no había guardias, corrieron hasta un callejón. Entraron por una puerta trampa en el piso. Había una escalera demasiado profunda como para ver qué había debajo.
- Que se apuren. - Le dijo el chico raro a la chica rara, y antes de que ella pudiera contestar ya había comenzado a bajar.
-Ya lo oyeron, bajen. - Ambos se miraron antes de empezar a bajar. Teo mantenía la vista en el chico que lo acompañaba en el micro para no mirar a la chica rara. La escalera daba a un túnel mal iluminado, con aire viciado y olor putrefacto. En el suelo había un metro de agua. No. Agua no. Eso era cualquier cosa menos agua. Teo nunca había tenido la curiosidad de visitar una alcantarilla, pero como era eso o morir por las balas de los guardias comenzó a caminar, preguntándose por qué alguien querría hundirse allí.
Tras una pesada puerta de metal se encontró la razón.
Entre el agua putrefacta, la mierda y la basura había una civilización muy distinta de la que Teo conocía. Todas las "casas" tenían formas diferentes, en las paredes había inscripciones extrañas. La gente era como la que los había secuestrado, rara. Tenían ropa de colores, sus pieles estaban marcadas con formas e inscripciones. Tenían pelo en la cabeza, algunos largos, otros cortos, otros de un lado, y de colores. Y todos nos saludaban con una sonrisa, apartando sus utensilios para hacer ruido, y dejando de girar y saltar.
Teo preguntó al aire:
- ¿qué es todo esto?
Y el chico "normal" con los ojos desencajados de la sorpresa, o quizás de la emoción, le respondió:
- Arte.



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⏰ Última actualización: Oct 25, 2015 ⏰

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