Untitled Part 1

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  Como cada día, me levante al amanecer para ir a rezar con Zouhir salat el fajr. Me puse mi jelaba y mis sandalias, me purifique, cogí mi Coran y salí de mi habitación. Zouhir estaba aún en el lavabo. Así que aproveche para ir a ver a Ikram que seguía dormida en su habitación. Mi dulce hermanita dormida, parecía un ángel, Zouhir la había hecho muy feliz. Lo supe des del día que llegue. Nunca pensé que una mujer pudiese cambiar tanto a un hombre, o un hombre a una mujer.
Mi hermana y yo sufrimos el mismo cambio, de la misma mano y de la misma manera.

Despues de llegar de Barcelona, la única persona que me quedaba era Ikam. Ese día fue el día más triste y mas alegre de mi vida. Dejaba a Ahlam, me alejaba de ella, y ya me daba por muerto. Y una parte de mi, moría con esa separación.

Pero otra parte de mi que no sabía que existía, volvía a vivir. Por una vez en mi vida me sentía libre, sin presiones, sin sentir las miradas de la gente. Todo y que iba lleno de moratones y cortes, me daba igual, esas heridas me habían dado la oportunidad de empezar de nuevo.


Pasaron meses de mi llegada, invertí en una tienda de alimentación y me puse a trabajar. Todo y que a estas alturas tengo bastantes ahorros como para comprarme mi propia casa, Ikram y Zouhir quieren que me quede con ellos. Sobre todo ahora, que mi hermana Ikram estaba embarazada de su cuarto hijo.

Ahora que me libere de mi oscuro pasado, de mis errores y de salir del mundo de la droga vivo, me refugio en la casa de allah, me dedico a mi din y no pienso en nada más. Todo y que casar-se te ayuda a cumplir la mitad de tu din, me negue a casarme con una chica a la que no quiera. Y hasta hoy día no me he enamorado de nadie. Mi corazón se quedó al otro lado del charco, con Ahlam.

Al salir de la mezquita me puse a andar directamente a la tienda, quería leer un rato a solas, asi que abrí y me senté a fuera. Me encontraba concentrado en mi lectura, cuando un coche paro en la puerta de la casa de enfrente. El coche llevaba matricula española, y era normal que para esas fechas, nuestros paisanos regresaban a pasar las vacaciones a su país.

Del coche bajaron una familia. Primero bajo el hombre, después una niña pequeña y finalmente... la mujer.
Esa mujer me recordaba a alguien. La había visto antes. Esos ojos, esos labios, esa figura...
Entones como un rayo de luz recordé a esa chica...  


Detrás del telón IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora