Una propuesta inesperada

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"Vas a hacer grandes amigos, solo ten más confianza en ti misma" dijo tu padre antes de que comenzaras la preparatoria. Si tan sólo supiera, ya había pasado un año de tu ingreso y todavía no conocías a nadie. Jamás tuviste amigos, debido a que los demás te consideraban rara debido a que tu nivel intelectual era un poco mayor al promedio y, por ende, algunos te consideraban un monstruo.

¿Lo más cercano que tuve a un amigo?- te quedaste pensativa- supongo que sería Akashi Seijuroo, el hijo del patrono de mi padre. Recordaste cuando tenías 6 años y tu papá te llevaba a la residencia Akashi los días en que tu niñera no podía cuidarte. De esa forma, habías conocido al joven Seijuroo , quién compartía algunos de sus tiempos libres jugando al shogi o al baloncesto contigo, de ahí se habían convertido en buenos amigos; pero después de la muerte de su madre, su padre se volvió hecho una furia y te había prohibido volver a ver a Akashi con la excusa de que su hijo tenía mejores cosas que hacer ¿Qué habrá sido de la vida de ese pobre chico?- meditaste hasta que el sonido del reloj digital del salón de clases interrumpiera tus pensamientos.

Comenzaste a guardar tus cosas rápidamente, revisaste debajo del banco para no olvidarte nada y te encontraste con un volante: "Los estudiantes de la preparatoria Rakuzan realizarán un nuevo torneo intercurso de shogi que se realizará entre los días 2 y 3 de junio .Este torneo tendrá la finalidad de escoger a nuestros dos mejores estrategas para los torneos intercolegiales de la ciudad de Tokyo, los cuales darán lugar en el mes de agosto."

¿Un torneo de Shogi intercolegial? Tan solo pensar en la posibilidad de lograr ser una de las representantes de tu preparatoria hacía que te emocionara más y más. Saliste del instituto en dirección a tu casa y con esa idea en mente no lograste notar a un chico rubio que se acercaba a toda velocidad.

-¡PAF!- Te habías chocado ante aquel rubio haciéndote caer al suelo junto con él.

-¡Lo-Lo siento!- dijo aquel chico levantándose rápidamente para poder darte una mano al tiempo que se echaba a correr nuevamente.

-Qué chico tan extraño- supusiste mientras sacudías tu uniforme. Estabas por seguir tu camino pero visualizaste un celular tirado en el piso, el cual seguramente pertenecía a aquel pelirrubio. Lo guardaste en el bolsillo y te dirigiste finalmente a tu casa.

Ya en casa, comenzaste a planear estrategias de shogi, puesto a que el torneo se realizaría el día de mañana.

Después de una hora empezabas a tener un poco de sueño, así que decidiste acostarte, pero antes de taparte con las sábanas recordaste algo: tenías el celular de aquel chico y debías devolvérselo. Te levantaste de la cama y empezaste a revisar su celular, tenía muchas fotos de él, era sin duda un chico bastante apuesto. Sin alejarte de tu objetivo principal empezaste a revisar los números de contacto hasta llegar al número de su casa, al cual marcaste y diste la opción de llamar. A los pocos segundos un chico te atendió.

-¿Aló? ¿Quién habla?

-Me llamo Haruka y encontré su celular en la calle, me gustaría saber la forma de devolvérselo.

-Que descuidado de mi parte, lo siento mucho ¿cuándo podría ir a buscarlo?

-Bueno, podría ser mañana a las 4 de la tarde en la puerta principal del instituto Rakuzan ¿necesita la dirección?

-No, no hace falta, sé dónde es, muchísimas gracias Haruka.

-Un placer, pero antes, necesitaría su nombre.

-Kise Ryota

-Muy bien, entonces ¿nos vemos allá?

-Claro, estaré ahí a las 4! Nos vemos mañana Haruka-chan.

La esclava de AkashiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora