La esclava de Akashi

Comienza una aventura

– Quiero que seas mi sirvienta hasta terminar la preparatoria.

– ¿¡Qué?!- gritaste avergonzada.

– Lo que acabas de escuchar.

– No es posible, papá no sería capaz de ocultarme algo así. Desde que falleció mamá, prometimos jamás guardar secretos entre nosotros– dijiste intentando mantener la calma.

– Haruka, hay papeles que documentan la deuda de tu padre hacia el mío ¿Acaso crees que te mentiría en algo como esto? – te miró seriamente.

– No, no puede ser. Tendría que consultarlo con mi padre aun así.

–Mi propuesta no seguirá en pie para siempre Haruka. Si confías en mí, aceptarás el trato, en caso contrario, afrontarás las consecuencias– aseguró de forma desafiante.

*Narra Haruka*

Akashi verdaderamente me está poniendo las cosas muy difíciles. Podría bien aceptar el trato y enterarme poco después que fue una broma y quedar como una estúpida, como también podría ser verdad y , a su vez, ser la mejor manera de ayudar a papá a pagar su deuda. Las opciones eran limitadas.

–Supongo que no me quedará otra que tomar tu silencio como un no– interrumpió mis pensamientos luego de un gran suspiro.

–Aceptaré el trato pero, con una condición, no se lo dirás a nadie del colegio , tampoco a mi padre ¿Tenemos un trato?

–Tenemos un trato, mañana mismo empezarás con tu trabajo o, en otras palabras, con tu obligación– afirmó con una pequeña sonrisa pícara.

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No tengo nada que perder, es un gran salario al fin y al cabo, lo único que tengo que hacer es realizar algún que otro mandado de Akashi, algún quehacer del hogar, nada extraordinario. Aun así, si esto llegase a ser verdad ¿Por qué razón Akashi intentaría ayudarme? – medité mientras me hallaba acostada en mi cama.

Al día siguiente tenía escuela, me desperté temprano para prepararme e irme en dirección a la escuela pero, cuando abro la puerta de mi casa me encuentro con una limusina negra. Pensé en Akashi inmediatamente, cuando veo salir a mi padre de la limusina se confirmaron mis sospechas.

–Haruka, el señor Akashi insistió en pasar por acá para recogerte y llevarte al colegio. Me alegro que se hayan vuelto amigos nuevamente– Sonrío amablemente mi padre.

–Sí, hace mucho que no nos veíamos, pero las casualidades de la vida nos unieron de nuevo– sonreí falsamente ¡Si supiera!

–Bueno, andando– dijo mi padre mientras me abría la puerta de la limusina.

–Buenos días – dijo Akashi al verme.

–Buenos días Akashi– sonreí para evitar que el ambiente sea menos tenso de lo que ya era.

Luego de un par de minutos de silencio verdaderamente incómodos, Akashi buscó algo dentro de su mochila, era una hoja, más bien una lista.

– Ten, quiero que leas detenidamente esta lista, de ahora en más debes seguirla al pie de la letra. Allí encontrarás escritas algunas formalidades que quiero que pongas en práctica ahora que eres mi sirvienta, mis horarios, etc. De todas formas eso es solo la primera parte, con el transcurso de los días seguiré agregando más obligaciones a la lista.

– De acuerdo– dije mientras recibía la lista y la guardaba en la mochila– Pienso leerla cuando estemos en el instituto, no tardaremos en llegar.

El solo se limitó a asentir.

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