Pov River (7 años antes del prólogo)
Estaba en una fiesta con mis amigos y no sé cómo llegué a esto, pero me estoy follando a una tía.
Bueno, nada nuevo, ni que fuera virgen.
Aquella chica, se llamaba Alexia, era rubia y tenía los ojos marrones, pero no era especialmente guapa, incluso tenía pecas, muchas muchas pecas.
—¿Sabes que te quiero?— susurró a mi oído.
—Si no no estaríamos en esta situación, ¿no crees?— le contesté de mala gana, seguramente estaba borracho y no sabía lo que hacía.
Ella no respondió, simplemente continuamos haciéndolo. Lo siguiente que recuerdo es que estaba en mi cuarto durmiendo, pero bueno, qué más da.
De vuelta al presente.
—¿Qué estás diciendo niña?— la niña debe de estar loca o algo, no recuerdo haber tenido hijos con alguien, y creo que es algo que recordaría.
—Lo que has oído, tú eres mi padre.
—¿De dónde has sacado esa idea?— yo sigo sin creérmelo, tiene que ser cosa de la niña.
—Mamá me dijo que eras tú, ¿te llamas River Evans, no?— pues sí que sabía algo sobre mí, es imposible.
—¿Quién es tu madre?
—Alexia White.
¿Alexia White? Me cago en la puta, no me digas que la dejé preñada.
—¿Y qué pasa con ella? ¿Por qué no estás con tu madre?
—Mamá murió porque estaba enferma, me dijo que si a ella le pasaba algo viniera contigo— la seriedad de esta niña da miedo, y lo peor es que dice todo eso tan seriamente con su voz de pito que me está incordiando.
—¿Y qué hay de tus abuelos?
—Preguntas muchas cosas, ¿por qué no te lo crees de una vez?
¿En serio? ¿Una niña que según ella es mi hija se ha burlado de mí? Joder.
—Porque es imposible que seas mi hija.
—Como si me quieres hacer una pruebas de ADN.
—Debería hacerlo. Entonces, ¿no tienes a dónde ir?
—No, ¿me vas a dejar entrar de una vez o no pesado?— esta niña es tan insoportable, en serio, me pone de los nervios.
Yo gruñí y la dejé entrar. Aunque me ponga de los nervios y está totalmente loca, es una niña y no la puedo dejar sola en la calle.
Como para que sea mi hija en serio y luego el culpable sea yo.
—¿Y a dónde se supone que me tengo que ir?
—Tú quédate aquí sentada y no toques nada, ¿me oyes?
—Alto y claro papuchi.
—No me llames así niña ¿entendido?— me está cabreando demasiado ya.
—Vale, vale, no me pegues. Y no me llamo niña, me llamo Dana— ¿Dana? Joder. Mi nombre de niña favorito.
—Como quiera que te llames.
—Esto es un momento Koda.
Me limité a gruñir y a buscar a una de las personas que trabaja aquí, hasta que por fin encontré a Mike.
—¡Mike, Mike, ven, estoy metido en un lio que te cagas!— Mike es el tío en el que más confío de aquí, seguro que podrá ayudarme en algo.
—Veamos, ¿qué problema resuelvo? ¿La cárcel, se te olvidó pagar la luz?
—¿La cárcel? ¿Por quién me tomas?— esto causó una risa en él, pero al ver mi cara de mala ostia se calló de inmediato—. Ojalá fuera la cárcel, esto es peor.
—Coño, ¿me vas a decir ya qué demonios pasa?
—Es una cosa complicada, una niña pequeña se ha presentado en la puerta diciendo que es hija mía— él empezó a reír, claro, quién se iba a creer eso.
—Tío, en serio, dímelo, que de tan poca confianza no soy.
—Te lo acabo de decir.
—¿Vas en serio? No me jodas. Si lo que no te pasa a ti no te pasa a nadie. ¿Y qué has hecho?
—Pues qué iba a hacer, la dejé entrar, como para que de verdad sea mi hija y yo dejo que se muera en la calle.
—Joder, ¿y ahora qué hacemos?
—Pues yo qué sé, que se quede aquí por ahora en un cuarto que sobre y le hacemos análisis de sangre o algo, y yo qué sé.
—¿A quién dejaste preñada?
—Pues a una tía ¿no? ¿Ahora me tomas por gay encima?
—Vale, vale, perdón, sólo quería saberlo.
Pov Dana
Pero qué padre más mala suerte tengo, y mira que intenté ser amable, pero nada, no veas cómo se pone.
Recórcholis.
Qué mala suerte tengo, primero se muere mami, y ahora papá se cabrea conmigo sin saber siquiera mi nombre.
Soy la persona más desgraciada del universo universal.
¿Se puede ser más ultra híper mega dramático que mi padre?
Si sólo le he dicho que soy su hija que no sabía que tenía y se cabrea, por dios, qué melodramático es.
No como yo, que soy chachi súper guachi.
Al rato bajó un tío con el pelo castaño y los ojos azules.
—Hola, ¿quién eres?
—Soy un amigo del que al parecer es tu padre.
—Yo soy Dana.
—Siento lo de tu padre, es que no ha dormido sus diez horas de sueño y se pone se los nervios.
—Ya me caes mejor que él.
—Claro, si yo molo.
—Eh, tú eres una diva, choca el puño— puse el puño para que lo chocara y él lo hizo.
—Ven, te llevo a tu cuarto. Está algo vacío, no ha habido nadie allí en años.
—Si hay cama me conformo.
—Pues ven, sígueme— yo me levanté y comencé a andar detrás suya—. Y dime, ¿cómo te llamas?
—Me llamo Dana.
—Me gusta tu nombre, ¿y cuántos años tienes?
—7 años recién cumplidos. Soy súper mayor.
—Ya ves, ya tienes un pie en la tumba.
—¿Cómo? ¿Ya estoy medio muerta? ¿Se me va a morir el pie? ¡Oh no, mi pie!
¿Cómo que mi pie se va a morir? Necesito mi pie para pegar a la gente que se oponga en mi camino.
—Es sólo una forma de hablar, tu pie seguirá pegado al resto de tu cuerpo.
—Menos mal, me has asustado.
-Bueno, este es tu cuarto, luego vendrá River a hablar contigo, pero de mientras no la líes mucho.
—Entendido capitán.
Bueno, nuevo capítulo, ¿qué os ha parecido?
Votad y comentad.
River en multimedia.
Besos de Ali y Paula
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Papá por encargo
Teen Fiction—Hola linda, ¿te has perdido?— pregunté agachándome a la altura de la pequeña, ella negó con la cabeza— ¿Dónde están tus padres? —Frente a mí—. respondió la niña, seria. —¿Perdona?—. pregunté yo, extrañado. —Tú eres mi padre. Así es como comenzó mi...