Inserción De Tubos.

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El primer día que desperté ya estaba encadenado de las manos en un cuarto blanco con un vidrio gigante. Frente a mi estaba una mujer que vestía una bata blanca sosteniendo un cuaderno mientras apuntaba algo en el. No podía ver su rostro, estaba cubierto por una máscara. Le pregunté que estaba haciendo en este lugar pero solo dejo de escribí y salió del cuarto. Al poco rato entro un sujeto alto con un carrito como los que se usan para llevar pequeños objetos. También usaba el mismo tipo de máscara que la mujer. El sujeto me dio la espalda y comenzo a mover algo en el carro. La mujer entro y se acercó a mi.
-¿porque estoy encadenado? ¿que estoy haciendo aquí? -
La mujer solo volteo a verme y con un plumón comenzó a marcar varios puntos en mi cuerpo. Comenze a agitar mis brazos.
El sujeto del carrito se volteo sosteniendo un aparato parecido a una aguja de punta hueca y grande. La mujer le susurro algo y el sujeto colocó la punta en una de las marcas que tenía sobre la piel. Presionó un botón y un sonido fuerte me paralizó, una especie de cilindro pequeño había sido clavado hasta mi hueso. Podía sentirlo quemar mi piel y aferrarse a mi hueso.

Después de repetir el proceso 100 veces, ya no podía soportar más el dolor. La mujer lo noto al mismo tiempo que yo dejaba escurrir lágrimas en mi rostro. El sujeto me descolgó de la pared y me sacaron de La habitación a un corredor largo y estrecho. Estaba siendo arrastrado a algún lugar. Perdí la conciencia después de eso.

Desperté con las manos encadenadas en un cuarto muy pequeño. Tenía la sensación de que ya llevaba días en este sitio. El cuarto no tenía nada más que un estante de metal con varios libros, una mesita y un espacio con una puerta para el lavabo.
La única luz existente provenía de la ventana de la puerta del lavabo y la puerta principal.
En un principio intente quitarme los cilindros de la piel. Esto generaba un dolor inmenso por lo que termine rindiendome. La puerta principal estaba cerrada y pase cerca de 2 horas golpeando la venta y el seguro de la puerta. No tuvo efecto alguno más que el de abollar el seguro y raspar el vidrio.
Rendido, comenze a buscar entre los libros para ver si había una Llave o algo pero al final nunca hubo nada. Inicie La lectura de un libro sobre un chico que era seguido por su alma. Una historia sin sentido alguno.
Mas tarde que nunca, note la falta de sensación de hambre, tenía sed claro pero ni una sola pizca de hambre. Pensé que tal vez no llevaba tanto tiempo en aquel lugar pero los moretones de mi cuerpo ya estaban curados y la sangre del suelo muy seca.

Experimento 607Donde viven las historias. Descúbrelo ahora