Transcurrido ya un mes y algo de la grandiosa vuelta a clases los 6 jóvenes ya estaban como un grupo de amigos, inclusive Jaime, quien se negaba a tener de amigo al moreno término aceptando en su círculo, causando esto que Jaime bajara sus notas y como no, si durante las clases Nicolás pasaba todo el rato tonteando distrayendo al castaño haciendo que así este ni se enterara de que profesor estaba en frente hablando, sólo conversaban y rayaban hojas jugando al bachillerato o al gato, causando desorden lo que los terminaban por sacar de la sala a los 2, los cuales sin mayor interés salían y se sentaban en el piso a conversar encendiendo así inconscientemente una chispa en el frío corazón Jaime aunque este no lo notara.
Y este día no era la excepción, después de llamarles la atención por lo menos unas 3 veces a los jóvenes término por pedirles que salieran para al menos terminar tranquilamente la clase.
-Shh.... Weon ,Cállate, ahí va la directora y si nos cacha afuera nos pueden suspender.
-Le poni' color Jaime, si es más ciega la señora.
- por si las moscas, igual ya van a tocar así que nos salvamos.
-Weon, esta semana los han pasado puro retando- los comenzó a retar el de baja estatura apenas salió de la sala- Tienen que calmarse por su bien, y Jaime, te van a sacar la chucha cuando vean tus notas, tan pal pico.
-Puta ya, si se oh, igual casi no tenemos notas.
- pero en todas tenis puros 4 y unos rojos po' weon, Nico tu también estai mal po'.
-Ya, si desde mañana voy a empezar a estudiar.
-Yo igual oh.
-Puta, ojalá y sea cierto.
-Ya oh, mejor vamos.
Dicho y echo, los adolescentes fueron a buscar sus mochilas y salieron del establecimiento camino a a sus respectivas casas y mientras Nicolas y Jaime partían al metro el pequeño Manu fue a esperar la micro que lo dejaba a 2 cuadras de su casa, aunque sus planes cambiaron al recibir una llamada de su madre pidiéndole que fuera a buscar a su a "hermana" a la casa de su abuela, que no eran mas de 20 minutos caminando .
-Hola abuelita.
-Hola mi niño, ¿Cómo a estado?
-Bien gracias, ¿Y usted?
-Bien también, hace tiempo que no lo veía.
-Si es que desde que entre al colegio estoy ocupado, de hecho vine a buscar a la anto no mas, tengo que hacer tareas-Mentiras, en realidad, solo le incomodaba estar solo con la anciana, hace poco que se conocían y los temas de conversa no eran muchos que digamos.
-Pero como se va a ir así, quédese a comer algo y aproveche de conversar con el Edgarito.
-¿Esta el Edgar?
Hasta ahí llegaron las ganas de volver a su casa, apenas entro vio a la Anto durmiendo en la alfombra llena de juguetes al rededor y al Edgar jugando con una super nintendo en el sofá mientras comía unas galletas, fue y se sentó junto al mas alto pero este ni se inmuto hasta que le hablo.
-Hola Eddie.
- Hola po Yelo, ¿Qué andai haciendo pa estos lares?- Dijo aun con la mirada fija en la pantalla.
-Vine a buscar a la Anto, pero parece que esta de lo más cómoda ahí.
-Jajajaja si wom, lleva como media hora muerta en la alfombra.
-Tonces tengo pa rato hasta que se despierte.
-Juega conmigo po -
-Dale.
Ya llevaban como 2 horas jugando, eran las 6 de la tarde. pero por desgracia debían irse, ambos jóvenes se despidieron de la mujer con el estomago lleno de comida, para emprender camino a sus hogares, caminaron hasta el paradero para que Edgar pudiera tomar la micro y Yelo como buen amigo que es se quedo junto a el a esperar que llegara su micro.
-Cierto, casi se me olvida, el bestia me dijo que iba a hacer un carrete piola la próxima semana y que te invitara a ti con el Nico y el... em...
-El Jaime jajaja.
-Yo igual quiero- dijo la mas pequeña para hacerse notar, ya que casi era invisible.
-Eres muy pequeña para eso,¿Si vamos mejor al aventuracenter?
-¡Yaaa!¿Promesa?
-Promesa.
-Te llamo por skype, ahi me dices cuando y donde, que viene tu micro.
-Chucha, ya chao Yelo, Chao Autito - y sin antes darle un beso en la mejilla a la pequeña se despidió.
-Ya, ¿Vamos enana?
-¡Oye!, ya casi alcanzo -Dijo amurada la pequeña ante las risas de su hermano - ¡Igual el Eddie es mas alto que tu!
-Ya vamos mejor, que después tu papa me mata si llegamos muy tarde.
-Llévame a caballito o si no no voy.
-Súbete.
-¡Ya! - Y con la pequeña en la espalda finalmente partió a su hogar
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Nara
