Prólogo

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Era una tarde como otra, estában todos en él cuartel, estaba Cat, Xen y también Mono. Estaban todos en la hora de descanso para comer, pese a que ellos eran pequeños, todo estaba muy tranquilo. Pero es normal, a ellos les llevaban adiestrando desde bebés.
De repente se escucha a alguien decir que alguien nuevo viene. En ese momento todo él mundo se gira para ver quien llega, la verdad es que es raro que alguien venga, la gran mayoría entran siendo bebés, pero él no, él vino con unos 11 años.
Cat, Xen y Mono se quedaron mirándole mientras que los otros quitaban sus miradas de aquel chico.
Ese chico tan extraño entró muy seguro a la zona donde servían la comida, cogió lo que quiso y se sentó en una mesa que había al fondo. A ninguno le pareció extraño, en ese lugar la mayoría preferían ser lobos solitarios. Pero aquella mesa estaba demasiado cerca de Xen, y Xen es un chico muy curioso, demasiado curioso.
-Oye, ¿cómo te llamas?- dijo Xen, pero no consiguió ninguna contestación.
-Dejale chico, no andes donde no te piden- dijo Cat.
-Solo intento ser civilizado.
-Anda, mira que puedes llegar a ser tonto, no sabes como llamar la atención. -dijo Mono levantándose de la silla, se acercó a aquel chico y le miró atentamente- ¿Puedes oírme? No te voy a hacer nada. Oye, no sé si has estado en una base antes, pero aquí si no tienes un equipo es todo mucho mas complicado. Empecemos, ¿cómo te llamas?
-¿Eso importa? ¿De verdad importa mi nombre?
-En realidad no, con las pintas que llevas es fácil distinguirte. ¿A qué viene lo de estar encapuchado y taparse completamente?
-Dejame comer tranquilo.- dijo aquel chico extraño con voz cansada.
-Vale vale, pero iba enserio lo del equipo, mas vale que te vayas buscando uno.
-Que te den. Dejame en paz.
-Como prefieras, adiós.

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