3. Visiones

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Paredes blancas, suelo sucio, barras frías y un pulso nervioso que le lleva a arrastrarse a una esquina de esa habitación.
Knot no sabía por qué se había despertado en ese sitio, y no parecía que fuera a mejorar su situación. Un soldado se acercó con un juego de llaves en su mano, abrió la puerta de barrotes y dijo que le harían un interrogatorio.
Knot se asustó, al principio pensó que sería como las otras veces que había hablado con los soldados, pero no fue lo mismo, para nada. Uno de los mas veteranos y otro que iba enmascarado (con el mismo rango) le agarraron y le metieron en una sala completamente vacía.
-¿Quién eres?- preguntó el veterano que no iba enmascarado -. Vamos dame un nombre, chico.
-Soy... Knot.
-Muy bien, ahora quiero que me digas como un niño sin ningún entrenamiento a podido completar un circuito mejor que nadie.
-Esto... Yo no...
-Tranquilizate joder,- el enmascarado empezó a hablar- no le hagas preguntas a las que no te puede responder. Dime chico, ¿sabes para qué son las pastillas que te tomas?
-Pues... No, no me explicaron para lo que eran.
-Son para tu cerebro. Verás, tu cerebro segrega una sustancia que te daña, pero por otra parte es buena porque hace que puedas retener mas información y que tus capacidades sean mayores que las de los demás.
-¿Es por eso que pude recorrer el circuito mejor que los demás?
-No, eso no tiene nada que ver con lo de tu cerebro, todavía es un misterio... Supongamos que fue suerte.
-¿Y cómo afecta a mi cabeza?
-Provoca locura... -El veterano sin máscara le miró con expresión asesina y triste al mismo tiempo.
Los veteranos se fueron dejando la puerta abierta, dejaron que Knot volviera a ser libre (más o menos). Sacó el mapa de Mono que tenía en el bolsillo, buscó algo relacionado con la carzel o la sala de interrogaciones pero no encontró nada. Salió intentando encontrar a los que le habían estado interrogando pero tampoco sabía donde estaban, solo había un largo pasillo.
Empezó a andar, solo había una dirección en la que poder ir, a sus lados había celdas vacías. Las luces se apagaron de repente y lo único que se veía era una bola de fuego al fondo del pasillo que se acercaba a Knot. Él se asusto al ver que era un hombre en llamas lo que se acercaba a él, corrió hacía la sala de interrogaciones pero se chocó con la pared. Era demasiado tarde porque aquella persona le había alcanzado, estaba observandole, se agachó y le preguntó a Knot convoz ronca y llorona por qué le dolían tanto los ojos. Knot no entendía la pregunta, no entendía nada. Mientas tanto el hombre siguió preguntando por qué le dolían tanto los ojos, cada vez que lo repetía subía el tono de su voz, hasta que gritó tan fuerte que su mandíbula se desencajó.
Knot no entendió nada, de repente volvió a estar en la sala de interrogaciones con los dos veteranos. La conversación se había quedado donde estaba, pero pese a que Knot no se había movido ya no estaba en el mismo lugar, no sabía muy bien si lo que había visto era verdad o mentira, era incapaz de comprender nada.
El enmascarado lo miró fijamente y le preguntó:
-¿Estás bien?
-S...Sí... Es solo que... Bueno, no me crerias si te lo contara...
-Cuentame, puede que tenga importancia.
-Como quieras, verás...
Cometió un gran error, la cagó por completo, debería haberse callado y dejar que todo pasase. Por desgracia les dijo la verdad, les dijo todo sobre lo que había visto y... Le encarcelaron, durante mucho, casi un año. Se quedó encerrado entre cuatro paredes, con la única distracción de los parpadeos de la bombilla.
Volvió a tener una de sus visiones, con el mismo hombre en llamas. Esta vez, él se quedó esperando q que dijera algo.
–Esto... ¿Qué quieres?
–Ya sé por qué me dolían tanto los ojos—respondió el hombre en llamas.
–¿Y por qué era?
–Porque era la primera vez que los usaba.
–No entiendo... ¿Cómo que la primera vez que los usas?
–¿No te has dado cuenta todavía de quién soy?
Knot despertó, y se volvió a quedar con una pregunta sin respuesta. Un soldado abrió la puerta y le dijo que le ascendían, debía hacer la prueba.

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