Las vidas que aclamabamos no eran más que ilusiones dentro de un recipiente de papel. Y miramos, miramos como se deshacían a nuestro paso mientras agonizábamos sedientos de algo que fue y no quiso. Si todo fuera fácil las cuerdas no harían falta y nuestros bozales de analfabetismo popular serian otras cosas más en las que pensar dónde guardar.